Viaje sensitivo, oscuridad, ruidos que se confunden en el pasaje etéreo y el canto de la musa llegando con su gentil salvación.
The Sister
box of cedar, 2012
No creas que soy la primera en comparar a Marissa Nadler con alguna figura mitológica. Parece que a la crítica en general, cada vez que la escuchamos, no podemos evitar recurrir a los personajes de las antiguas religiones homéricas para ilustrar las sensaciones que produce esta gran artista. Con seis álbumes a sus espaldas y ocho años de carrera – firme, regular y por momentos brillante -, esta norteamericana ha sabido crear paisajes sonoros de ensueño, envolventes y cautivadores.
"The Sister" es su sexto disco de larga duración. Lleva dejando disfrutar a todo aquel que quiera de su trabajo online desde el pasado mes de mayo, y se ha implicado activamente en las labores de distribución de su compañía, que gestiona ella misma, cuidando cada pequeño detalle y, por supuesto, conocedora de la pasión del público más independiente, preparando una bonita edición en vinilo.
Marissa Nadler sabe que su punto fuerte es su magnífica voz. "The Sister" está construido en torno a esta etérea virtud, un viaje progresivo por un mundo más allá de éste, de atmósferas de duermevela donde aparecen imágenes universales para todos: recuerdos, momentos pasados y fantasías futuras que pueblan el subconsciente y que florecen de la mano de esta voz mitológica.
El tracklist abre de manera magistral con "The Wrecking Ball Company", para mí el mejor corte de todo el álbum y el más representativo del arte de esta mujer. Una maravilla de armonía, discordante por momentos, que te sumerge sin necesidad de recurrir a una lírica que subraye la intención.
En este álbum, las letras ocupan su lugar en el perfecto engranaje, son la línea de flotación que se complementa a la perfección con unos instrumentales extraídos más del dream-pop de los ochenta pero matizados, y mucho, por el tenue matiz del folk que lima bordes estridentes y da a todo un aire algodonado.
La propia Marissa habla sobre cómo en este trabajo los estados de ánimo, las situaciones personales y en general, la vida al uso, la han condicionado como compositora, y cómo ha conseguido integrarlos no sólo en las letras, sino en la unión entre música y palabra.
"Para The Sister, me di cuenta de que tenía musas a mi alrededor, como son la infancia, la traición, las amistades, el nuevo amor, o la esperanza. La narración ahora es más potente en mis canciones […]. Quiero que la crudeza de cada canción refleje el contenido de la letra."
Si ésta era su principal meta, "The Sister" la cumple a la perfección. No hay un sólo corte descolocado en este aspecto, ninguno en el que letra e instrumentación no sean el matrimonio ideal. Y que cite como influencia directa de esta necesidad de confesar en cada estrofa un deseo o preocupación interna a Joni Mitchell es una redundancia.
"No llegué a la sesión de grabación con canciones pop. Esta colección es mucho más del estilo de disco que haría Leonard Cohen o Sybille Baier que cualquier otro de mis discos. Sólo quería la calidez de mi voz y el sonido de la guitarra. Hay algo de instrumentación pero no mucha."
La creación de atmósferas es uno de esos pilares fundamentales para que un disco deje poso. Y al contrario de lo que parecen intentar otros artistas, en Marissa Nadler es clarísimo que menos es más. No hay un instante de silencio en sus discos, son ausencias de sonido plenas, ecos que flotan en el ambiente y que te acompañan, con firme constancia, a lo largo del corto tracklist – tan sólo ocho temas que pasan volando.
"Your Heart Is A Twisted Vine es la única canción antigua del disco. Pese a que la escribí hace muchos años, todavía me siento conectada a ella y quise ver si podíamos hacer una buena versión en el estudio. Las partes de guitarra de Carter Tanton en la versión del álbum hacen que la canción sea mucho más espectral y fantasmagórica."
No sólo esta canción se mueve en los parámetros que explica su creadora, prácticamente todo el tracklist está en esa delgada línea – no sé si roja – que separa lo real de lo onírico, y Nadler juega en ella, cayendo en la mayoría de las ocasiones del lado más cercano al mundo de los sueños.
Marissa Nadler se afirma, en cada disco que produce, como gran compositora y agudísima autora. No le tiembla la mano a la hora de lanzarse a firmar un trabajo donde las bases rítmicas se trasladan de la percusión a la calidez de una guitarra y se deleita ilustrando con una voz capaz de llevarte de la mano a echarle un hueso a Cerbero, si es menester.
por Kaoru
desde hipersonica.com
Wild Peace
slumberland/no pain in pop, 2012
Echo Lake se formó a finales del 2010, nació de las inquietudes musicales de dos jóvenes estudiantes de arte del sur de Londres, en febrero del pasado año editaron bajo el sello londinense, No Pain In Pop, “Young Silence”, un 12” donde nos mostraron su atracción hacia el sonido saturado, y una nostálgica fijación por mirarse los zapatos, en julio de ese mismo año, editaron “Another Day/Breathe Deep” un single con el que empezamos a salivar, con el que nos dimos cuenta que empezaban a dejar de lado el ruido más distorsionado y agresivo en pos de un zumbido dreamer y unas melodías un poco más brillantes, sí, “Wild Peace” es más tranquilizador que caótico y más dreamer que shoegazer. No es la primera banda que produce este año un sonido cavernoso, cargado de borrosa distorsión tendiendo a lo etéreo, pero posiblemente si que sea una de esas bandas que pasara a nuestra memoria sentimental. Las primeras cuatro canciones son increíblemente impecables, acompañadas de voces espectrales, de claves solemnes, silenciosas y tranquilas pero de alguna manera extrañamente peligrosas.
El álbum cautiva desde la primera pista, “Further Down” es una intro que nos sirve de sedante, una sedación similar a la ingestión de esa exudación blanca y lechosa obtenida de la planta de la adormidera, una etérea intro de desconcertante dream pop, que activa de inmediato tu curiosidad, deseando saber que es lo que viene después. Al igual que los efectos de la adormidera, el álbum esta repleto de sensaciones de flotabilidad y felicidad, con los rasgueos de guitarra, los riffs de batería y la candida voz de Linda Jarvis, consigues sentir esos característicos escalofríos que cubren todo el cuerpo. No es solo la voz de Linda Jarvis hacen que “Wild Peace” sea un debut tan interesante, las melodías de Thorn Hill tienen el equilibrio perfecto entre lo dreamer, un calido y luminoso shoegaze y la psicodelia lo-fi.
Al igual que “Loveless” de My Bloody Valentine, “Wild Peace” es un triunfo del refinamiento de la energía abstracta y del sonido saturado shoegazer, gracias a esos paisajes sonoros encantadores que inundan todo el álbum, destellos de ese indie-rock clásico de Galaxy 500, y ciertos coqueteos con la psicodelia. La excelente producción es otro de los triunfos del álbum, un sin numero de capas de la emotiva y cavernosa voz de Jarvis y de las hipnóticas guitarras de Thorn Hill, se van sumando para crear el más denso y bello de los espejismos. “Wild Peace” es tranquilo y pacifico, embota tus sentidos de una forma absolutamente maravillosa, alivia tu mente, calma tu alma y te hace sentir más feliz de lo que eras antes de empezar a escucharlo, Echo Lake es una banda que ha sido capaz de volar cerca del sol con un solo álbum, gracias a este trabajo de construcción épica y poética.
por Vicente P.
desde esdemasiadoparamicabeza
Aeterna
ethereal symphony, 2012
La primera versión era preciosa y corta , una cartilla de muchas maneras ("In 8 Movements", 2010). El seguimiento fue hasta más ruidoso, relativamente breve y melódico, pero impecable en el tema ("The Quiet Divine", 2011). Y ahora "Aeterna", tercer álbum de Black Swan, es nada menos que un abismo. Agotador, rimbombante, sin mapas, y sí, tan negro como un pozo.
La mayoría de los oyentes tienen dificultades para soportar más allá de una composición tan dominada por el ruido. Incluso aquellos de nosotros acostumbrados a que se puede dejar en frío por el impulso prestado (algunos músicos se refieren a la percusión accidental, nacido de recorte y la repetición de muestras como "eventos", que es una buena manera de decirlo). De esta manera la prensa es bastante difícil de conseguir, pero los revisores que han dado el paso son bien recompensados. Todo esto quiere decir que, paradójicamente, toda la discografía Black Swan recibe la alabanza universal. En una valoración de 10 fuera de 10 del LP debut, informes de Foxy Digitalis, "Black Swan no tiene miedo de hacer realidad las decisiones musicales". La revisión Silent Ballet, concluyó, "ni positiva ni negativa, y inequívocamente magnífico". Pero fue la brecha tranquila que marcó el primero de los ahora dos obras maestras: una narrativa simétrica, un viaje intelectual, y una cosa verdadera de la belleza. En lugar de un Rorschach en tecnicolor, este arte de la cubierta era un mapa de carreteras, marcando el camino como eufonía dio forma a la disolución, y luego a la electricidad estática, la brecha tranquila. La historia siguió adelante a través de la recuperación, y a la eufonía de nuevo. Nada había cambiado, salvo por el paso del tiempo, y algo de música excepcional. Vanidad y belleza.
(Y para los oyentes que creyeron que ocho minutos era demasiado tiempo para dedicar a un ruido blanco, mira la portada del álbum nuevo. Consideramos que el ruido era en realidad de color rojo, y un giro de la trama. Ambas son las distinciones más importantes.)
Para "Aeterna", Black Swan ha abandonado la narrativa de aforismo, y el caos de la incertidumbre. Este es claramente el mejor trabajo del artista. El sonido lento y de vapor por el que se conoce todavía es el orden, las manipulaciones de las fuentes de ópera y de orquesta, así como las corrientes de ruido de todos los pigmentos del tejido sintetizador y guitarra oculta, como antes. Como siempre, los toques de tristeza, la locura y la interacción entre los dos. Las composiciones se les permite cantar, literalmente, y de otra manera, y los puntos de luz no se desorienta, incluso si están tratando de ser. El mejor ejemplo de esto es "Dying God (Suite)", que concluye el álbum con una ópera del espacio móvil de cinco minutos, el muestreo de un trabajo coral de edad se extendía al anonimato y se filtra casi hasta sus honduras.
"Aeterna" comienza con "A Lesson In Slow Flight", llamada así en línea por un fan del artista y integran totalmente en la ética y la estética del álbum, al igual que todas las otras fuentes del compositor. La construcción y el drone de las atmósferas muertas - trueno?, viejas películas de ciencia ficción?, un taller de carrocería? - No se puede convertir cualquier cabeza, pero el optimismo de combustión lenta es una salida notable. "Lamentine" es una pieza corta e inquietante, de enlace de un piano y un lamento a las 3a.m, crujido de estática a través de un lienzo de otro modo al descubierto. Se trata de un neologismo interesante, la unión de lamento y arrullo. Pesar Misericordioso, tal vez?
Drones para corazones sangrantes.por Toxinho
desde dronea.blogspot.com
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invada, 2012
Segundo disco de la banda de krautrock, formado por Geoff Barrow (Portishead), Billy Fuller y Matt Williams. En 2009 grabaron su auto-titulado álbum debut en Bristol, creado en 12 días a partir de sesiones improvisadas y que luego editarón en forma de canción.
">>" desarrolla una potencia obtusa en la monótona kraut/post-rock, usando influencias de "Can" y "Neu!". Sintetizadores analógicamente bombeados, con la voz de Barrow casi incomprensible, que lucha por encontrar un sentido a lo que parece una la falta de definición. Esas voces están destinadas a ser opaca en un ritual de lamento, sin embargo, el bajo, la "simple" batería y el crujir de la guitarra, ofrece increíblemente una línea melódica que exige el visto bueno.
">>" desarrolla una potencia obtusa en la monótona kraut/post-rock, usando influencias de "Can" y "Neu!". Sintetizadores analógicamente bombeados, con la voz de Barrow casi incomprensible, que lucha por encontrar un sentido a lo que parece una la falta de definición. Esas voces están destinadas a ser opaca en un ritual de lamento, sin embargo, el bajo, la "simple" batería y el crujir de la guitarra, ofrece increíblemente una línea melódica que exige el visto bueno.
Msg Rsvd
northern spy, 2012
Uno de los proyectos más underground de todo Estados Unidos vuelve a publicar, luego del magnífico "Silent Partner" del año pasado.
Difícil describir el sonido de Neptune,
mezcla de rock desnudo y primitivo, casi matemático, tocado con
instrumentos caseros hechos con sierras, barriles y depósitos de aceite,
piezas de bicicleta, carcasas de videos y chatarra diversa. Unas
características que quizás a más de uno le haga echar la vista hacia
otro lado, pero que hará que otros tantos se fijen en ellos.
Con el paso del tiempo y a base de perfeccionar su técnica han
conseguido tocar con grupos como The Flaming Lips, Liars, Oneida o
Mission of Burma entre otros muchos. Y ahora se encuentran en una gira europea antes de presentarnos “Msg Rcvd”, su última obra. Experimentación y sabiduría sobre el ruido, los ambientes y una manera muy particular de crear canciones.
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