Estimados amigos y amigas del Sueño Esquimal, para esta ocasión hemos querido partir con 2 jóvenes artistas chilenos y sus atractivos parajes sonoros, escuchando y escuchando nos encontramos con estas canciones especiales, algunas inéditas otras colgadas por ahí en algún sitio.
En primer lugar programaremos a JP Rozas, músico santiaguino que conocieramos junto a La Orquesta Densa Del Doctor Mario, su banda estable, ahora nos ha enviado 2 nuevas creaciones, con las que entramos nuevamente en el universo de pop extraño que realiza, sugerente juego de realidad y recuerdos, un sonido que re-inventa la canción pop así tal como la conocíamos, a su manera JP Rozas indaga en el sitio vanguardista dejado por Spinetta, Bowie y Zappa, haciendo coincidir los aspectos simples de una canción con elementos dramáticos, infantiles y más búsqueda Fluorescente.
Luego oíremos al sanfelipeño Milton Mahan (Denver, De Janeiros) con su proyecto solista, Nueva Orleans, pasando de la canción reposada con guitarra acústica hasta pinceladas de synth-pop balsámico, siempre acercándose a todo con una sensibilidad arrolladora, hermoso trazos de una creación super inspirada que habla de la calle, la infancia y las vicisitudes cotidianas del ser chileno, sonido e imágen van de la mano en una comuniòn perfecta, realmente una música muy bella.
N°2: Abyss In B Minor
4ad, 2010
4ad, 2010
A 5 años de haber publicado su disco debut homónimo, el quinteto noruego Serena Maneesh vuelve a la carga, esta vez envuelto en el halo misterioso del sello 4AD.
"N°2: Abyss In B Minor" es un manantial de ruido borroso, 8 temas en 37 minutos, la mayor parte de este tiempo somos sorprendidos por estructuras desacomodadas y pozos sonoros experimentales, turbios, enmarañados, inconducentes, sólo basta escuchar la partida con "Ayisha Abyss", 7 minutos de psicodelia post-industrial, nadie podría quedar indeferente digiriendo este veneno, los únicos momentos de luz lo entregan las voces de los hermanos Emile e Hilma Nikolaisen, a la manera como Kim Gordon o Bilinda Butcher embellecían el noise de Sonic Youth y My Bloody Valentine respectivamente, el mismo efecto acá cierra el pentagrama de cada canción.
No son melosos, como buena parte de la nueva camada de bandas shoegaze o noise-pop, y eso se agradece, se siente ese necesario estremecimiento sacado justamente desde su centro ruidista duro y exploratorio, muchas veces descolocando al auditor con sacudidas y cortes profundos, es verdad que acá se utilizan ciertos recursos tomados de "Loveless", pero están mutados, afeados y hasta cierto punto destruídos, sólo queda un tufillo o polvito de estrellas en algunos finales espaciosos como en "Reprobate!" .
Especial atención se debe tener con la delicada "Melody For Jaama" (y ojo que dije 'delicada' no melosa), atmósferas saturadas por zumbidos y viento blanco, en las cuales flotan drogadas las voces de los gemelos Nikolaisen, cascada de distorsión por supuesto también en uno de los mejores momentos del disco, y porque no decirlo de hace bastante rato.
Hay harto caos y psicodelia descontrolada en la onda de The Telescopes, los primeros Primal Scream y Spritualized, tragos muy recomendados como "Honey Jinx", una especie de lluvia ácida que cae sin miramientos, espesa y adictiva, guitarras calcinadas, percusiones minimalistas a la usanza velvetiana y vocalizaciones apocalípticas, estallidos en el cielo y grandes nubes en el horizonte.
Motor turbinado para despegar desde el vaciamiento.
Raúl Cabrera Hidalgo.
"N°2: Abyss In B Minor" es un manantial de ruido borroso, 8 temas en 37 minutos, la mayor parte de este tiempo somos sorprendidos por estructuras desacomodadas y pozos sonoros experimentales, turbios, enmarañados, inconducentes, sólo basta escuchar la partida con "Ayisha Abyss", 7 minutos de psicodelia post-industrial, nadie podría quedar indeferente digiriendo este veneno, los únicos momentos de luz lo entregan las voces de los hermanos Emile e Hilma Nikolaisen, a la manera como Kim Gordon o Bilinda Butcher embellecían el noise de Sonic Youth y My Bloody Valentine respectivamente, el mismo efecto acá cierra el pentagrama de cada canción.
No son melosos, como buena parte de la nueva camada de bandas shoegaze o noise-pop, y eso se agradece, se siente ese necesario estremecimiento sacado justamente desde su centro ruidista duro y exploratorio, muchas veces descolocando al auditor con sacudidas y cortes profundos, es verdad que acá se utilizan ciertos recursos tomados de "Loveless", pero están mutados, afeados y hasta cierto punto destruídos, sólo queda un tufillo o polvito de estrellas en algunos finales espaciosos como en "Reprobate!" .
Especial atención se debe tener con la delicada "Melody For Jaama" (y ojo que dije 'delicada' no melosa), atmósferas saturadas por zumbidos y viento blanco, en las cuales flotan drogadas las voces de los gemelos Nikolaisen, cascada de distorsión por supuesto también en uno de los mejores momentos del disco, y porque no decirlo de hace bastante rato.
Hay harto caos y psicodelia descontrolada en la onda de The Telescopes, los primeros Primal Scream y Spritualized, tragos muy recomendados como "Honey Jinx", una especie de lluvia ácida que cae sin miramientos, espesa y adictiva, guitarras calcinadas, percusiones minimalistas a la usanza velvetiana y vocalizaciones apocalípticas, estallidos en el cielo y grandes nubes en el horizonte.
Motor turbinado para despegar desde el vaciamiento.
Raúl Cabrera Hidalgo.
Siempre es un deleite caer en el pozo de Christian Heyne y su proyecto personal Shogun, aparece cada cierto tiempo para volver a dar esa dosis de amargura arrastrada y embrujada también que traen sus canciones o 'estructuras de dolor'.
Desde la pieza cerrada, Shogun se asoma casi invisible, para dejar vestigios de un momento preciso de tiempo, polaroids difusas tomadas de lo más insano de lo cotidiano, el amor, la muerte, las contradicciones y las desventuras son claros focos de su lírica, las que deja descansar entre atmósferas y espacios sonoros casi siempre nocturnos, lentos, brumosos o sencillamente turbios.
Comulgando con "El Brujo" en 27 minutos, 7 canciones que no se hacen cortas, cada una es una especie de-construcción emotiva, vomitan todo sin pudores, luego de tanto ir y venir, el músico (y productor) santiaguino ha creado un espacio-espejo super distintivo y confortable a pesar de la espesura.
Comenzando la andadura con "Uncionextrema", canción austera que se va cargando con ambientes oscuros y voces superpuestas, "... un perro negro lloró y lloró ayer, los huesos rotos, mi hermano lo durmió, atreviesa mi corazón", y así nos vamos envolviendo en ese canto difuso de Heyne, en ese abismo grande.
Luego en "El Sabor De La Mentira", se viene el recuerdo de sus discos anteriores como "Alma" (1999) y "La Rata" (2004), sencilla estructura de guitarra y percusion marcial con ruidillos en la lejanía, donde lo más importante es el texto, la historia y ahí vamos de nuevo, "... este es tu sabor, el sabor de la mentira, se duerme entre los dos, llorando por las noches, y sabes que me excita, y sabes que me hieres, y sabes que te llevo por medio de la hiedra, y sabes que despierto y aún estoy sangrando, y sabes que te odio por todo tu amor... déjame olvidarte", vaya declaración, fuerte, a la vez una gran y bella canción, el sonido de la lluvia va unido a "Ruinas", más zumbidos distantes y manto vocal etéreo, vestigios de Christianes (su antigua banda) y Cocteau Twins, podría ser, terminando en un reflejo de la urbe, algo dark.
En cambio "Tibio", es justamente eso, calidez y cercanía, el juglar se enternece sin separarse jamás de la soledad, así como en "Las Palabras", nos deja rastros de donde podría venir esa forma de escribir tan especial, "... las palabras son monstruos que salen de mí, cuantas veces quisiera perder, para verte reír".
Cierra este registro corto en forma genial con "El Viento", amplitud y dolor, nunca hubo un sonido tan depurado para representar la tristeza intensa, esa que no se va con ningún día, Shogun nuevamente dejando su marca, se entiende el tiempo que deja entre sus publicaciones, no es fácil derramarse de esta manera.
"El Brujo" lo ha colgado a principios de 2010 en su web, junto a un juego binario, ya no se puede descargar, abrá que esperar su formato físico y material, si es que lo hay en todo caso.
Raúl Cabrera Hidalgo.
Comulgando con "El Brujo" en 27 minutos, 7 canciones que no se hacen cortas, cada una es una especie de-construcción emotiva, vomitan todo sin pudores, luego de tanto ir y venir, el músico (y productor) santiaguino ha creado un espacio-espejo super distintivo y confortable a pesar de la espesura.
Comenzando la andadura con "Uncionextrema", canción austera que se va cargando con ambientes oscuros y voces superpuestas, "... un perro negro lloró y lloró ayer, los huesos rotos, mi hermano lo durmió, atreviesa mi corazón", y así nos vamos envolviendo en ese canto difuso de Heyne, en ese abismo grande.
Luego en "El Sabor De La Mentira", se viene el recuerdo de sus discos anteriores como "Alma" (1999) y "La Rata" (2004), sencilla estructura de guitarra y percusion marcial con ruidillos en la lejanía, donde lo más importante es el texto, la historia y ahí vamos de nuevo, "... este es tu sabor, el sabor de la mentira, se duerme entre los dos, llorando por las noches, y sabes que me excita, y sabes que me hieres, y sabes que te llevo por medio de la hiedra, y sabes que despierto y aún estoy sangrando, y sabes que te odio por todo tu amor... déjame olvidarte", vaya declaración, fuerte, a la vez una gran y bella canción, el sonido de la lluvia va unido a "Ruinas", más zumbidos distantes y manto vocal etéreo, vestigios de Christianes (su antigua banda) y Cocteau Twins, podría ser, terminando en un reflejo de la urbe, algo dark.
En cambio "Tibio", es justamente eso, calidez y cercanía, el juglar se enternece sin separarse jamás de la soledad, así como en "Las Palabras", nos deja rastros de donde podría venir esa forma de escribir tan especial, "... las palabras son monstruos que salen de mí, cuantas veces quisiera perder, para verte reír".
Cierra este registro corto en forma genial con "El Viento", amplitud y dolor, nunca hubo un sonido tan depurado para representar la tristeza intensa, esa que no se va con ningún día, Shogun nuevamente dejando su marca, se entiende el tiempo que deja entre sus publicaciones, no es fácil derramarse de esta manera.
"El Brujo" lo ha colgado a principios de 2010 en su web, junto a un juego binario, ya no se puede descargar, abrá que esperar su formato físico y material, si es que lo hay en todo caso.
Raúl Cabrera Hidalgo.
Coincidiendo con el lanzamiento oficial del ambicioso disco triple de la absurdamente talentosa Joanna Newsom me tomaré la atribución prematura de afirmar que será de lo mejor de escucharemos en el 2010. En su casi utópica tarea de reafirmar el enorme potencial demostrado en el bellísimo y medievalesco "Ys" de 2006 (uno de mis personales favoritos de la década) la californiana sorprende en cada una de las 18 canciones de "Have one on me" invitando a comparaciones inmediatas con Joni Mitchell en sus momentos dulzones como "On a Good Day" o la previamente escuchada vía Youtube "Jackrabbits". Su inseparable arpa sigue siendo el eje musical mientras su mágico encanto atemporal y su especial lírica adornan cada rincón del album. Como una obra de arte (en este caso una de más de 2 horas) resulta un tanto inocuo tratar de describir los terrenos y matices que abarca ya que es su paleta es tan amplia y su voz ha ganado tal profundidad que lo que en un principio podría tomarse como sobrecogedor resulta con cada escucha algo tan especial como es vasto, un disco para regresar a cualquiera de sus partes y simplemente perderse ahí.
tosterbrosters.blogspot.com
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Escucha El Sueño del Esquimal, hoy jueves 22 de abril desde las 21 hrs, transmitiendo desde Radio Placeres 87.7 fm para Valparaíso y sus alrededores, también online para el resto de la aldea.
Tokatas, tokatas, tokatas
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