mayo 03, 2010

El Sueño del Esquimal #288, jueves 6 de mayo.






Noche de esquimales y santos querubines de la lluvia, bendiciendo para tí.





AKIRA KOSEMURA
Grassland

schole, 2010

Instantáneas sonoras venidas desde un horizonte plácido y confortable, electrónica suave y piano minimal, delicados refugios de vista panorámica hacia ambientes relajados y rurales.
Akira Kosemura es un pianista de Tokyo que siempre en sus composiciones hace destacar la imágen inmersa entre sonidos espaciosos y preciosistas, dueño además del sello independiente japonés Schole, sutilmente ha ido creando un universo propio de polaroids auditivas de ultra-alta frecuencia y acogedora claridad.
"Grassland" es su cuarto álbum consecutivo en estos últimos años, en este Kosemura interviene los trazos distanciados de su piano nostálgico con envolturas electrónicas refinadas y aéreas, formando así paisajes plenos como "Petrarca" y "Light", junto a la voz invitada de Haruka Nakemura y las guitarras tratadas de Paniyolo, pareciera una lluvia de infinitas luces que caen acariciando, la música como método de sanación, todo muy detallista, muy japonés.
También hay momentos más instrospectivos como "Marriage" y "Amour", suaves armonías de piano desnudo y sereno, tratamientos desamparados a los que Akira dota de luz y fineza, siguiendo el camino de Satie o Dakota Suite.
Otro tema especial del disco sin duda es "Little Dipper", flota en el aire como un dibujo dejado por un niño en algún instante de concentración o magia, no podemos evadir el embrujo de este ambiente brillante donde se confunden las hojas en el viento, los recuerdos olvidados y un amplio cielo que nos invita a la esperanza de un nuevo comienzo.

Ilusión y terapia...


Raúl Cabrera Hidalgo.










COCOROSIE
Grey Oceans
sub pop, 2010

Amadas y odiadas, siempre se las arreglan para demostrar ese talento innato que desde un comienzo nos hizo parte de la secta CocoRosie, "Grey Oceans" es el cuarto álbum de las hermanitas Casady, dos chicas desenfrenadas que viajan a través del mundo, tomando ruidos y elementos de aquí y de allá, para fundirlo todo en una música extraña, atractiva y placentera.
Pasando por los míticos estudios Panda en Buenos Aires, donde conocieron a músicos locales que colaboraron en este trabajo, también grabado entre las estaciones París, Nueva York, Berlín y Melbourne.
Como es de esperarse la producción del disco es cuidada, de inmediato notamos a unas CocoRosie más relajadas de lo normal, pero es sólo la apariencia del tema inicial, el gris y distante "Trinity's Crying", manto arcano desplegado por las voces de Bianca y Sierra, apareciendo brillantes y espirituales.
Ya en el segundo track, "Smokey Taboo" se hace presente el misterio y la seducción junto al rapeo característico rodeado por voces líricas en la espesura, percusiones orientales van conformando una especie de danza tribal lenta e inductiva, vientos y sonoridades fronterizas terminan por cerrar un ambiente sacro-pagano muy sugestivo.
Se desordenan un poco más en "Hopscotch", cabaret freakeado envuelto entre tinieblas, regresa esa gracia primaria de las CocoRosie, nunca muestran una sola cara, si no que todo revuelto en un collage sonoro instintivo y experimental que nos devuelve al origen.
De nuevo entramos en la coreografía china con los sampleos vocales que inician "Undertaker", tomados quizás de que cantante oriental del pasado, un piano bucólico va creando un loop onírico, mientras algunos ruiditos adornan los bordes, se trata de una canción cadenciosa que en 3 minutas nos transporta lejos, tocando una memoria desconocida.
Densos oceános grises que se presentan ante la audiencia, ya no basta con quedarse recordando "Le Maison De Mon Reve" (2004), cuando está claro que sus 4 discos manifiestan encanto y sentimientos únicos, en distintos rieles por supuesto, pero todos entrelazados por una creación fuerte y carnal.
Campanillas digitales abren la ruta en "Lemonade", dando paso a las agudas voces de las gemelas, que gruñen y susurran dentro de un paraje artificial y melancólico, textos y ambientes sacados desde los sueños, como también los pajaritos, animales y grabaciones de campo de "Gallows", una puerta que se queda abierta, hay un mundo nuevo al otro lado... drogra silvestre.

Sale a la venta el 11 de mayo próximo, y seguro dará que hablar.


Raúl Cabrera Hidalgo.










TRANS AM
Thing
thrill jockey, 2010

Esperado regreso de los fantasmas de Washington D.C., Sebastian Thompson, Philip Manley y Nathan Means forman Trans Am, una de las bandas más extrañas del firmamento indie norteamericano, con 13 álbumes editados (contando esta nueva 'cosa'), siguen desafiando los ejercicios de estilo y cualquier etiquetaje para su sonido descarnado y catártico, fueron parte de la camada más destacada del post rock y ni siquiera se dan por aludidos, continúan con su amor por Kraftwerk, el space rock, el ruido y las descargas eléctricas.
Ahora llegando como astronautas experimentados luego de un viaje por las galaxias del sonido marginal, lo cubren todo con esta gran nave llamada "Thing" y se perciben recargados sin duda.
Batería marcada y teclados expansivos muestran esa primera pisada lunar, marcas de la casa, ahora quizás un poco más apocalípticos, desfiguran el ambiente con sonido maquinal oscuro y contundente, propagando ese virus marciano en 12 cortes que parecieran formar un solo cuerpo rugoso y anti-natural.
Como escapar al noise terminal de "Heaven´s Gate" por ejemplo, 6 minutos de conflicto y caída libre, aviones que se estrellan y bombas de racimo que no dejan ningún rastro de humanidad, así es porque su mundo se encuentra entre tinieblas y ruinas constantes.
Supervivientes que avanzan ante la devastación, codificador de voz incluido y punk sintetizado en "The Silent Star" y "Arcadia", nuevas líneas de comportamiento para la sociedad industrializada.
También hay metales más pesados como "Black Matter" y "Naked Singularity", aceleración, minimalismo y mal gesto manifestado con seguridad y sin una partícula de relajamiento, Trans Am es un cuerpo duro, imperturbable y peligroso como las sierras afiladas que cubren "Bad Vibes", uno de los trazos más destacados de este gran desastre que amenaza con tragarnos.

"Thing" no trae sonidos cómodos, requiere aguante y mente inquieta, algunos lo disfrutarán, otros sencillamemte arrancarán.


Raúl Cabrera Hidalgo.










PAUSAL
Lapses
barge recordings, 2010

Debut en largo para este dúo británico, Alex Smalley y Simon Bainton son Pausal y tratan de descifrar la luminosidad del espacio ambiental en la música, nunca se ha sentido tal placidez, adentrándose en ese resplandor etéreo hasta hacerse parte del mismo y desaparecer.
Si Brian Eno describío pasajes notables de no-música y ambientes vacuos, Pausal lográ penetrar la esencia del fulgor en los casi 15 minutos de "Velmead In Common", sonidos que escapan al ámbito estrictamente musical, llegando directo a lo sensorial, transformación auditiva construída por capas y reverberancias de sintetizadores.
¿Será posible atrapar el sonido del silencio?, si no lo es, estuvieron cerca estos muchachos, sólo puedo pensar en Stars Of The Lid como un precedente a "Lapses", no hay forma de desprenderse una vez adentro, como querer dejar el calor de "Lapsing", elevación constante y una sonrisa que se esboza en el rostro del viajante.
"Fall On Certain Accent" es una grabación de urbanidad, como queriendo bajar por un minuto a la tierra y volver al presente ordinario, es sólo un puente de reposo antes del nuevo ascenso que nos espera, "One Watery Lens", otra vez un color amarillo pálido lo cubre todo, si alguna vez soñaste con volar, creo que podrías entender tal amplitud, pareciera que el tiempo se estancara y perdiera su valor terrestre.
Cuando Pausal deja por momentos su vuelo, curiosamente se refugia en el agua o en el mar , y como "Lapses" es un disco extenso de más de 1 hora, encontramos varias vertientes como "Midshipman", cortos trayectos donde el líquido primordial entrega su propia plegaria de salvación.
Y así todo el rato subiendo y sumergiéndose, no queda mucho tiempo para pensar, todo está dispuesto para el TRANCE en esta obra, han encontrado una nueva forma de trascender y es a base de suspiros y corrientes aéreas.

Muy recomendable.


Raúl Cabrera Hidalgo.










EYELESS IN GAZA
Answer Song & Dance

monopol/ambivalent scale, 2010


Una de las grandes bandas que nos dejó el post-punk inglés es Eyeless In Gaza, le han ganado la partida al tiempo y los estilos, su música perdura intacta, la voz privilegiada de Martyn Bates y las estructuras enigmáticas creadas por Peter Becker desde Nuneaton, la plataforma vanguardista continúa entregando discos de calidad, este año cumplieron 30 años de historia y lo conmemoran con este nuevo material, "Answer Song & Dance", un trabajo donde se mezclan todas las vertientes que han visitado en su extensa trayectoria: avant-folk, spoken word, industrial funk, pop oscurecido, etc.

Facturan música especialmente diseñada para abstraerse observando cielos tormentosos, amaneceres desapacibles y paisajes desolados pero algo dulces. EYELESS IN GAZA no han nacido para ser estrellas del pop.

A simple vista, carnaza de independientes. Un producto que parece hecho a medida para mitigar resacas de excelso easy-listening, para descender a los niveles más indómitos del anticiclón moderno y para sedar el recalcitrante espíritu de coleccionista de contracorrientes que habita en muchos de nosotros. Pero si la molestia de despejar el ambiente de las telarañas que teje la catalogación no es demasiado esfuerzo para el lector sea de la rama de adictos a la vanguardia trucada de unos Talking Heads o al pandemonium tétrico de The Birthday Party por citar sólo dos casos discernirá que Eyeless In Gaza (”es el título de un libro, un libro de Aldous Huxley”) es un grupo drásticamente adaptado a los ideales que la constelación del independentismo derramó en los coletazos del 77, un dúo de solitarios que aprovechó la alternativa discográfica con una fidelidad tan sincera que sólo puede ser achacada a la también solitaria condición de su música. De no ser por la operatividad de las indies, y por la necesidad de ésta que clamaban las particularidades de Eyeless In Gaza, nos hubiésemos visto privados de una trayectoria que ha proporcionado una serie de discos, cuatro en concreto, ricos en atmósferas densas como la noche, invocaciones de hechos cotidianamente misteriosos y matices que perforan la capa de compromiso que corroe la, generalizada, transitoriedad del rock británico actual hasta llegar a su esencia más agria e irreal.
Eyeless In Gaza son, en el mismo frente que The The, New Order y algunos otros, la respuesta frente al engranaje contractual, las necesidades generadas por el escaso convencimiento sobre lo que hacen que aqueja a ciertos grupos (véase a Japan, ABC, OMD, Siouxsie, etc.), y la pérdida de esa noción que dice que con los medios de siempre se pueden expresar significados diferentes. Sólo hay que saber hacerlo.


www.eyelessingaza.com/eigintdramaydestinospan.html







Escucha El Sueño del Esquimal, los jueves desde las 21 hrs, transmitiendo desde Radio Placeres 87.7 fm para Valparaíso y sus alrededores, también online para el resto de este y los otros mundos.


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