julio 18, 2011

El Sueño del Esquimal #326, jueves 21 de julio.




Atrapados en una constelación de noise juvenil, nos damos tiempo para cruzar caminos hasta territorios devastados por la nostalgia y la crudeza, luego nos colgamos frente al sonido electrónico de la amabilidad y el buen gusto. Para todos se desprende un nuevo Sueño Esquimal.









VIVIAN GIRLS
Share The Joy

polyvinyl, 2011

Retornan las princesas del noise-pop neoyorkino y lo hacen con cotundencia y brillantez, les conocimos en 2008 con ese disco debut homónimo de 20 minutos que quedó en nuestra memoria por aquella ingenuidad vital envuelta entre exquisitas melodías pop, C-86 y sonido lo-fi desgarbado y garagero, les hemos visto avanzar en estos años y ahora exhiben con propiedad una tercera placa estupenda "Share The Joy", palabras como "pulido" o "maduro" no le quedan, mejor hablar de 'expansión del sonido', ya que su música siempre tuvo un centro dulce y poderoso, sólo que ahora ha tomado otros colores, nuevas rutas donde estas tres chicas se mueven con soltura y lucidez. Siempre con Cassie Ramone a la cabeza con su voz gritona de niña chica, sus letras marcianas y la guitarra planeadora que va marcando los signos de identidad en canciones sencillamente adorables como el single que les adelantamos hace algún tiempo "I Heard You Say", un caramelo sónico que se queda pegado en la garganta con esos coros que recuerdan los discos grabados en los 60s' por Phil Spector junto a bandas femeninas como The Crystals y The Ronettes, da gusto el crecimiento que demuestran las Vivian Girls en esta producciòn, hoy con una nueva baterista Fiona Campbell mucho más osada que Ali Koehler (que se fue a Best Coast) y ese bajo volcánico de la pelirroja Kickball Katy, flamantes heredederas de la vieja escuela indie rock estadounidense onda Nirvana, Guided By Voices, Throwing Muses y por supuesto los Ramones uno de sus referentes más respetados, no por nada Cassie toma ese mítico apellido, "Share The Joy" nos hace alucinar desde el tema inicial "The Other Girls" 6 minutos de galope intensivo por una pradera espléndida y placentera, las 3 muchachas cantan, están locas y eso es genial, viajando por este camino luminoso nos encontramos con gemas de pop estelar como "Dance (If You Wanna)"y "Lake House" donde las vocalizaciones nos atrapan en medio de un remolino de garage y surf-punk, que importa que no sean unas virtuosas instrumentistas si con esa gracia casi infantil logran llevarnos siempre hasta un epicentro de pop esplendoroso y recargado, esa locura queda ampliada en cortes magistrales como "Take It As It Comes" o "Sixteen Ways", aromáticos reflejos sacados desde la plataforma extraterrestre de Boston (Pixies y Throwing Muses), sin duda hoy Vivian Girls se encuentran en un sitial expentante dentro de la nueva camada de bandas indies norteamericanas, para los amantes del sonido guitarrero queda este nuevo nombre por descubrir, recuerden que el grunge murió hace un buen tiempo ya, mejor mojar el rostro es este manatial de sonoridades vertiginosas. Surfeando las tardes invernales junto a Vivian Girls. Produce y toca el órgano Jarvis Taveniere (Woods), impagable.
Y que les vaya bien.

Raúl Cabrera H.















Seis años ha tardado Rajko Müller, el nombre del productor tras el proyecto Isolée, en entregar la continuación a su exitoso y notable "We Are Monster", un disco considerado fundamental dentro de la escena microhouse. Isolée se toma su tiempo entre largo y largo, el primero, "Rest", se publicaba en el 2000, y cinco años más tarde llegaría "We Are Monster". Se anunciaban sonidos analógicos para "Well Spent Youth" al mismo tiempo que se esperaba una continuación de su particular y poderoso minimalismo relativo, tan bien provisto de teclados, la clave de Isolée y de la hora que dura este nuevo trabajo. Aviso, no llega al nivel del casi inalcanzable disco anterior, aunque nos deja grandes momentos que justifican la escucha.
Podemos dividir en dos tipos de canciones las que encontramos en "Well Spent Youth". Por un lado temas puramente bailables, dirigidas por unos beats que observan cómo van pasando líneas de teclados con melodías cortadas. Apoyándose en la repetición como inducción a la hipnosis. Y por otro, temas más reflexivos, donde los beats nunca llegan a estallar y destacan las melodías de los teclados, tal y como sucede con el tema que abre el disco, "Paloma Triste".
El tema "Celeste" se debate entre la parte bailable y la más reflexiva o paisajista. La culpa la tienen esos beats que incitan al movimiento, entrelazados con unos teclados más pausados y en discordancia con lo que promueven los ritmos. El resultado es un movimiento entrecortado promoviendo un baile hacia dentro.
Todas las canciones siguen una misma progresión. Se utilizan los mismos recursos y el modo en que usa los distintos elementos resuena en todos los temas. El problema de Isolée es que al usar los mismos recursos siempre, suena bajo un mismo patrón, es un deja vu constante. Los teclados son fundamentales, el elemento base en la música de Isolée, como demuestran en "Going Nowhere" cuando prácticamente cortan la canción.

El sonido recuerda constantemente al disco anterior, aunque nunca llega al nivel. Lo más deslumbrante de ‘Well Spent Youth’ lo encontramos en ‘Taktell’, que tiene carne de hit, al igual que la pieza más corta ‘Trop Prés De Toi’ con una voz irresistible.

por Alberto
desde musicwebzine.wordpress.com















Hacía algo así como seis años desde que este dúo, bueno, en realidad, colectivo, pues más allá de Marc Hellner y Joel Kriske, quienes originaran esta aventura musical a finales de los noventa, para después ser sustituido el segundo por la dulcificación vocal de Chanel Pease, se complementa con un todo sistémico integrado por John Schacter y Hans Seeger, como directores de arte, pero también con el videoartista Eric David Jonson y el poeta Joel Craig. Desde su gestación y en un momento en el que la indietrónica, la IDM de coqueteo pop (dominada por sellos como Warp, Morr, Audio Dregs, Neo Ouija, Karaoke Kalk, Carpark, City Centre Offices, entre otros catálogos preponderantes de esos años) el “dúo” trabajaba en un sonido eminentemente ambiental y próximo a estos repasos electrónicos de ligero contagio pop. Después de su debut y siguiendo con un goteo regular y constante otra serie de trabajos (hasta seis) con mayor o menor oficialidad, en formato cedé o en cedé erre (la mayoría de ellos en Aesthetics, también casa de L’Altra, Hood o Windsor for the Derby (¡qué recuerdos!), ha pasado casi una eternidad en esos seis años que nos devuelven al proyecto de los de Portland afincados en Chicago absolutamente renovado. Acomodado ahora en un lenguaje musical más próximo a la esencialidad moderna de nuestros días, "Charade Is Gold" esboza algo así como un synth-pop próximo a la wave de arreglos de guitarra y bajo, tendente a una oscuridad pop a la New Order, sin perder una dulzura pop cuasiambiental, shoegazer y sonámbula más propia de proyectos como Northern Picture Library, incluso The Field Mice antes de Trembling Blue Stars, semblanzas que son reflejos de Vitesse, Printing House, Pacific (los de Creation, claro), Lali Puna, OMD, algunos momentos de Mahogany, The Notwist, Other People’s Children, The Somnambulants, The Bridal Shop, Figurine (y el proyecto solitario de James Figurine), Marble Index, Chapter 13, Tears for Fears, They Go Boom!!, Fight Bite, Joy Electric, Soviet, Gentle Touch, Future Conditional, The Occasional Keppers y cerca también de muchos de los que engordan el catálogo de Plastiq Musiq. Aprovechen y documéntense, que nunca está de más. Algo que no impide dejar de lado esa influencia manchesteriana, experimental y francobelga. Sugieren así, que, allá donde estaba su expresión indietrónico-ambiental más abstracta, incurren ahora, regenerativos, en una composición refinada tendente a un tecnopop melancólico orquestado en innumerables escalas de sintes de esos que hacen emerger las lágrimas, entusiasmado en el hipar mixto del bello llanto sonreído, en una imaginaria pista de baile fantasmal de un tiempo ya sucedido.

"Charade Is Gold" es un sueño analógico. Es lírica y poética sintética. Desde una épica nostálgica obsesiva, aunque renovada, arreglada, inmaculada y modernista, el nuevo trabajo de Pulseprogramming se ampara en un sonido remoto que procura melodías íntimas, arreglos sinfónicos, sintetizadores plurales y melodías abocadas al suspiro taciturno sostenido por ritmos alternos en cuatro por cuatro o en trepidaciones balsámicas, que son la mayoría, donde armonizar nuevas intenciones vocales, pausas y silencios, estados de un tecnopop plástico-onírico de reflejos medidos y preciosidad en polvo de estrellas devenida. Nueve son los temas con los que regresan en alrededor de cuarenta minutos acompañados en coros angelicales que suman la voz de Hellner con la de Pease, revistiendo un éter placentero de rayos láser emotivos, dramatismos de precipitación cósmica, acordes sencillos de guitarras límpidas y transferidas, bajos y cajas de ritmo a la –wave y exaltaciones de un pop sintético en estribillos de orquestación clásica, pero delicados y de sofisticación melódica reinventada. Nostalgia blanca que invoca ineludiblemente un pasado dorado y que señala nuevamente a Audraglint, hartamente citado por aquí, como uno de los sellos a los que más atención merece prestar de cara al novopop por venir. Pulseprogramming no podían haber vuelto mejor, coronados en oro synthpop en un ejercicio fantástico de afiliación al presente-futuro y superándose, de lejos, a sí mismos en su etapa anterior. Depurando la vibración reorientada del sonido, removiendo emociones, sublimando ocasiones, elevando el espíritu en melan cholis. En un cosmos escalado de melodías plácidas y epopéyicas que son ya parte del recuerdo estimulante del más lacrimógeno sintetismo. Oro parece y resulta que oro es, lo mismo.

por David Cano
desde www.notodo.com














ESMERINE
La Lechuza

constellation, 2011

El sello canadiense Constellation fue a fines de los 90s' un hervidero de maravillas sonoras que degustamos con pasión, otro paso para el post rock luego de aquella descomunal primera hornada de bandas que proponían desarticular las raíces mismas de un estilo conservado en la auto-complaciencia, eran tiempos de cambios y buena parte de los sonidos fisurados que hoy escuchamos se deben a ese giro de timón, hablamos de Bark Psychosis y Tortoise, de Disco Inferno, Main hasta Gastr Del Sol y June Of 44, como todo género artístico o musical el post rock necesitó de una segunda fase y esta vino desde Montreal, Canadá, algo ya preparados para el alejamiento de las estructuras rock y pop más convencionales, asistimos a esa extensión del paisaje sonoro que nos proponía Constellation Records y así apareció la nave madre del sello, los inmortales Godspeed You Black Emperor! (que se han vuelto en gloria este 2011 de su ostracismo prolongado) con discos notables que hundían la mirada en verdaderas hazañas épicas de escapismo y seducción, junto a estos iluminados se fueron desarrollando un selecto grupo de elaboradores del sonido como Exhaust, Sackville, Hangedup, Do Make Say Think, Fly Pan Am, Re:, Silver Mt. Zion entre otros, la experiencia o creencia de una vida ruidista posterior al rock ya tenía un nuevo estado de labranza, una constelación para el aislacionismo, el neo-clasisismo y el ambientalismo fragmentado, y aunque los avateres del tiempo y los años no perdonan, Constellation se mantuvo siempre en movimiento, quizás de manera más acallada sin esas grandes luces que aparecieron en el cielo alguna vez, toda una historia que hoy vuelve a despuntar junto a la salida de este disco de Esmerine, el nuevo tratado de gospel espacial de Efrim Menuck, una bella compilación con las bandas sonoras de Tindersticks y otros esparcimientos que creemos no son una casualidad. Por eso hoy nos mantenemos atentos a las señales.

Esmerine es un proyecto formado en 2002 por Bruce Cawdron (percusionista de Godspeed You Black Emperor!) y Rebecca Foon (vilonchelista de Silver Mt. Zion), "La Lechuza" es su tercer disco y dista 6 años del anterior "Aurora" (madrona, 2005), con el tiempo se han convertido en un cuarteto junto a la arpista Sarah Page y la marimba de Andrew Barr, siempre experimentando en un espacio distanciado entre el sonido neo-clásico y el ambient orgánico. Un homenaje póstumo dedicado a Lhasa De Sela cantautora estadounidense prematuramente desaparecida en 2010, un tributo a la tristeza que se abre con sutileza en los trazos instrumentales de "A Dog River" y "Walking Through Mist", imágenes espontáneas esculpidas por violín, piano y chelo, decoradas en forma magnífica por la marimba y percusiones ocasionales, esta belleza frágil nos lleva hasta un sentimiento profundo de pérdida y de necesaria instrospección, flotando en una intimidad maltratada nos encontramos con "Last Waltz" esta vez junto a los cantos de Beckie Foon y Patrick Watson (Arcade Fire, Island), todo huele a despedida en el pasadizo de luces que se apagan. El recuerdo de Lhasa revolotea en "La Lechuza" a cada paso, en cada movimiento, se hace difícil continuar en esta brisa estática, incluso su voz se deja oír en el tema final "Fish On Land" (de su autoría además), un disco creado en la pureza del dolor y con el valor de la belleza en primer plano.
Ojos que se cierran.

Raúl Cabrera H.















Ni el más ferviente seguidor se lo hubiese esperado quizás, Efrim Manuel Menuck miembro fundamental de Godspeed You Black Emperor! y luego en Silver Mt. Zion, publicando su primer trabajo firmado con su nombre propio, cuando la historia pesa y los años se amontonan se deja ver nuevamente con este grandioso disco 'Plays "High Gospel"' grabado entre 2009 y 2010 en los legendarios estudios Thee Mighty Hotel2tango de Montreal.
Un obra extensa y explorativa engendrada por Menuck junto a un notable conjunto de colaboradores, desde el primer corte entramos por un universo intervenido por atmósferas deformadas, la repetición y el equilibrio suspendidos en un mar de sonoridades desde donde aparecen esos coros de 'gospel alto', espaciales totalmente, "Our Lady Of Parc Extension And Her Munificent Sorrows" es como una abertura en el cielo, una manifestación divina que llega a nosotros por medio del ruido y gotas espesas de maquinaria analógica, guitarras procesadas, destellos y ventisca migratoria, despiadadas también las vocalizaciones de Menuck y Katie Moore que se vienen sobre nosotros cubriéndolo todo. En el segundo eslabón la dirección se tuerce hacia las sombras, "A 12-Pt. Program For Keep On Keepin' On" es un pasaje de aislacionismo flagelante en el que se cuelan voces y zumbidos como si se tratáse de una visión dejada por un desastre natural, luego arremeten descontroladas unas percusiones post-industiales, el resultado es un indómito trazo de noise marginal y rugoso, magnífico además.
A este paso notamos que "Play High Gospel" no se trata de un simple ejercicio de vigencia en la carrera de Menuck, sino que de una sincera expedición hasta otros planos musicales que se alejan de la línea`conocida del autor, más conectable con las ceremonias elevadas de Silver Mt. Zion que con la tormenta de crescendos en GSYBE!, acá nos re-encontramos con el riesgo y el sumergimiento, caminata en la oscuridad como en "Kaddish For Chesnutt" con sus variadas fases para llegar a la oración terminal (bueno GYBE! también tenía eso de vagar por estaciones, es verdad, pero aquí se hace más extremo el peregrinaje), un temazo de 7 minutos lleno de heridas y cortes, la voz de Menuck como un sollozo en la vastedad del abandono, en este tramo el coro alto queda a cargo de David Payant, Nadia Moss, Jessica Moss y Thierry Amar. Y mientras más escuchamos, más lejos se concentran las visiones, field recordings que se exhiben con desesperanza en el oleaje de "Chickadees' Roar, Pt. 2", ecos de timbres metálicos sacudiendo la tierra de nadie, pajarillos moribundos como último suspiro de vida para un tema totalmente apocalíptico.
Para el final "I Am No Longer A Motherless Child", regresa la genialidad del post rock épico con unas percusiones más que esperanzandoras esta vez cruzadas por teclados expansivos y coros de indulgencia manifiesta, un bocado de luminosidad luego de tanto laberinto y barrancos desafiantes, quizás que historias se vienen en el tránsito atemporal de Efrim Manuel Menuck.
Por ahora he quedado con un montón de preguntas, extraño y fascinante, que nos deparará el regreso de Godspeed?.
Gigante.

Raúl Cabrera H.














Vatican Shadow es el nuevo juguete del Sr. Dominik Fernow (Prurient, Cold Cave) desde su hospital del maleficio, "Kneel Before Religious Icons" ha sido publicado en una cajita de 4 cassettes (genial el regreso del cassette su sonido hace crecer más el rito de la escucha), una creación mutilada desprendida en 8 cortes fríos y enfermos, continuando con su recorrido por el ruido industrioso y experimental Vatican Shadow desciende entre ruinas de sonidos, ritmos en constante repetición y alienación adozados a estructuras básicas de teclados oscurantistas y pegados, una especie de reliquia del futuro dejada por un orate en alguna caverna post-holocausto, quizás en eso radique su mínima importancia se trata de un grito primario hecho con máquinas y sin ningún afán artístico más que el vómitar angustia y malos presagios, como una funa contra la especie humana, sus estúpidas instituciones y creencias, la iglesia y sus arrebatos del dolor, el poder del dinero como víbora succionando nuestra sangre día a día, la política del desagravio y tantas otras formas de orfandad derramadas a la cara, entiendo a Fernow y su Vatican Shadow como casi una tesis de disconformidad social y humana a fin de cuentas también. música para subterráneos vacíos en la gran ciudad.
Y atentos con Hospital Productions que crece y se agiganta, ahora lanzan el último disco de los sanguinarios Genocide Organ "Under - Kontrakt" para el mercado americano y se viene lo nuevo de Prurient, "Bermuda Drain", sinceramente gracias Sir Dominik por existir.

Raúl Cabrera H.










Escucha El Sueño del Esquimal todos los jueves desde las 21 hrs. por Radio Placeres 87.7 fm para el gran Valparaíso, Viña del Mar y los alrededores, en línea para el resto de planeta por aquí.









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