julio 23, 2011

El Sueño del Esquimal #327, jueves 28 de julio.



Camino del rock independiente, alborada de ambientes y claridad, un susurro que recorre la llanura junto al color del cielo, con tus ojos como espejos,






THE HORRORS
Skying
xl recordings, 2011

El rock británico hace rato ya que no paría un disco tan inspirado y deslumbrante como "Skying", quizás la frase suene ampulosa pero es solo en la escucha donde podemos entender la verdadera dimensión del nuevo trabajo de The Horrors, estos niños provocadores que debutaron en 2007 con el garage-post-punk de "Strange House" y esa apariencia de 'chicos malos estilosos', hype inmediato pero de la música poco para ese debut, no pasaban de la medianía de la tabla, tuvieron que toparse con Geoff Barrow (cerebro de Portishead) que les produjo su segunda placa en 2009 "Primary Colours", una alucinante presentación de kraut-psicodelia y shoegazing siniestrillo que les valió mayor reconocimiento y distinción en el almanaque indie rock, pero el salto definitivo se llama "Skying" y lo comenzaremos a desmenuzar.
Abren la compuerta con la ambiciosa "Changing The Rain", teclados en primer plano coqueteando entre la luminosidad y las sombras, la voz de Faris Badwan de inmediato se apodera del espacio con intensidad y encanto, la banda muestra contundencia en esta pieza con aires a The Chameleons, Psychedelic Furs y Joy Division (etapa "Closer"), pero es solo el comienzo. Porque viene la esplendorosa "You Said" y de nuevo tenemos ese rock british que parecía haber perdido la ruta hace tantos años, refinamiento y seducción con esa base ritmica compacta, perfecta, y las guitarras que planean en el arco celestial creado por el Moog y los teclados, un tema que sacudirá cualquier indiferencia, esto es The Horrors en estado de gracia.
"Skying" ha sido autoproducido y grabado por el propio grupo, aunque se cuenta que Geoff Barrow aún rondaba en las grabaciones del disco como un guía en la oscuridad, así llegamos a la aceleración de "I Can See Through You", guitarras ácidas que cuelgan desde una torre cercana al cielo, melodía y elevasión conjugadas con talento, distorsión. Para luego redimirnos con una de las mejores canciones de esta producción, "Endless Blue", que parte en la calma y que a medio camino experimenta un cambio de ruta temerario, transformándose en una pieza electrizante y devastadora, guiada hasta el éxtasis por las guitarras afiladas de Josh Hayward y por el quinteto entero que exhibe un caudal sónico ultra-energético. Precisión y misterio como en la enigmática "Dive In" con un Faris Badwan acaparando la atención sobre estas ondas de rock narcótico y envolvente, no dan respiro y les ha quedado magnífico, cuando arremeten con el primer single "Still Life", un paso entre la orquestación sombría de Echo And The Bunnymen y el arrebato de los primeros Suede, esos de "Animal Nitrate" y "Metal Mickey", siempre sometidos a los teclados atardecidos de Rhys Webb, como en ese comienzo tan "Isolation" de "Wild Eyed", algo tiembla, ecos y trompetas iluminando el ambiente, y así podríamos seguir hablando de este sonido encantador, vasto y certero, interesante además que se trate de un disco de pop a fin de cuentas, de un pop lleno de variantes, subidas y bajadas que de seguro dejarán huellas.
Bien hecho.

Raúl Cabrera H.













RADIOHEAD
The King Of Limbs

ticker tape ltd./xl recordings, 2011

Amados y odiados como pocos, el quinteto inglés liderado por Thom Yorke vuelve al ruedo con otro álbum de esos que comunmente llamamos 'desafiantes' o 'de cambio', y cuantos van ya?, bueno este es el octavo trayectoria de Radiohead, siempre en esa orilla delgada en la que la banda juega a tratar de reinventarse casi enfermizamente en cada nueva estación, que tanto mal pudo haber en ser la banda más importante del planeta en algún momento, me refiero al tiempo de "Ok Computer" (1997), de ahí en adelante no han parado de explorar otras facetas para su música sensitiva y de calidez pop, ya no comercial, queda claro.
Descifrar el laberinto de Radiohead es sencillo, son buenos músicos que casi en todo lo que se intrometen salen bien parados, esa es la verdad dejando los prejuicios de lado y los ceños fruncidos, en la escucha de sus discos es difícil que te decepcionen y "The King Of Limbs" no es la salvedad a la regla. Se trata de un trabajo pulcro y directo, parecen haber llegado a un camino en el que cada álbum es más electrónico que su antecesor, este por ejemplo tiene más de "The Eraser" (disco solitario de Yorke publicado en 2006) que de "In Rainbows" anterior producción de la banda de 2007, se notan las conecciones del último tiempo del vocalista con gente como Four Tet y Burial, su amor por el dubstep y la exploración constante en los sonidos.
Abren la placa con dos tracks de percusiones aceleradas y electrónicas donde se cuelan las vocalizaciones dramáticas de Yorke, "Bloom" y "Morning Mr Magpie", elegante tratamiento atmósferico y líneas de bajo bastante Dub, más sintetizador que guitarras y siempre con ese aliento pop en las composiciones, lo que siempre es bueno por que conectan, no es un disco difícil y se alejan bastante del sonido aparatoso de otras veces, obvio hace rato ya que se separaron de esas pistas.
Un aire más orgánico se siente en "Little by Little" con esa guitarra acústica girando en el atardecer de carretera vaquera, la voz de Yorke como siempre cataliza las emociones de la banda, llegando a veces hasta lo angustiante, uno se puede imaginar al frontman con su movimiento espasmódico tan característico, eso es algo que nunca cambiará, creo.
Regresan a la ritmica fragmentada en "Feral", un tramo nuboso donde juegan con los ambientes hasta casi hacerlos desaparecer, "The King Of Limbs" es un disco corto de sólo 8 canciones en menos de 40 minutos, la producción ha quedado a cargo de Nigel Godrich como en otras ocasiones, el sonido es lustroso y vitalista a pesar de las convulsiones y cambios de ánimo como en "Lotus Flower", primer sencillo y con video, excelente para perderse en una tarde de neblina invernal, sacando la cuenta al final del disco uno queda con una grata sensación en el cuerpo, son buenas canciones, aunque quizás a este punto en la carrera de Radiohead ya no queda mucho por descubrir, ya no hay sorpresas, solo la certeza que escucharás música agradable de sonido moderno y buscador, quizás la pregunta precisa sea: ¿Bastará con esto?.

Cada vez más Thom Yorke y menos Radiohead.

Raúl Cabrera H.













LARSEN
Cool Cruel Mouth

important/tin angel, 2011

Esto sí, los italianos Larsen si que se despojan de cualquier rastro anteriormente expresado en esta nueva placa con la que conmemoran sus 15 años de carrera, "Cool Cruel Mouth" es un pozo de música atormentada, turbia y retorcida, pero no de una manera bruta o facilista, sino que con armas más sutiles como pueden ser la contención y la deconstruccion de cada detalle, llevándolo todo hasta un verdadero sumergimiento crepuscular.
Mucho tiene que ver en esta manifestación la voz y las líricas de Little Annie (artista múltiple que ha trabajado con gente como Wolfgang Press, Coil, Current 93, Crass, etc) incorporada acá como nuevo brazo para el ahora quinteto de Turín, ella empapa con su canto gastado cada tramo de una arcana insanidad, como si se tratáse de una noche de pesadillas entre las resonancias sincopadas y explorativas de estos recargados Larsen, y para eso ya vienen de vuelta luego del post rock gris que solían mostrar en discos como "Rever" (2002) o "Play" (2005), no se han guardado nada en esta placa, solo entrar en los 8 minutos de texturas aisladas de "Dyslexic Haiku" vasta para entender que su radio de acción se ha extendido sin temor a la caída y la perversidad, desde ese lugar aparecen con percusiones contundentes, guitarras cortantes y la voz de Anita sostenida por el bastón de la longevidad y la clarividencia, lo interesante de este disco es que los ruidos que se muestran casi siempre huérfanos e inquietantes van confluyendo en una estructura mayor, bien diseñada y fascinante, como pequeñas moléculas que viajan en distintas órbitas hasta un centro liberador, música que llega por otros canales de captación para hacerte parte del encantamiento generalizado.
En otros momentos se montan a galope descontrolado como en "Annie's Rap", duro y sinuoso tratamiento en la plataforma del no rock, donde el oficio y el instinto se besan con lujuria, también Baby Dee acaricia con su piano las atmósferas congeladas de "12 Eyes" y "Unheard Of Hope" (esta última de su autoría además), dos pequeños mantras instrumentales para el alma oscurantista, para el final dejan una ofrenda de 10 minutos de nombre "Viggo", lenta y flagelante con sonidos de acordeón, marimba, bajo, laptop, batería y guitarras, de a poco se va agrandando como un conducto subterráneo que nos lleva directo hacia una hoguera solemne, abismal y ritualista, explosiones pero ya no en el cielo sino que en una caverna primaria, de pronto todo comienza a desmoronarse y contigo adentro, estupor.
Larsen ha creado una obra exultante, el mejor disco a la fecha del colectivo ilatliano formado por Fabrizio Palumbo, Marco Schiavo, Paolo Dellapiana, Roberto María Clemente y Little Annie.
Para los que disfrutan de los ambientes enrarecidos de Current 93, Swans, Xiu Xiu y Sunn O))).
Buena escuela.

Raúl Cabrera H.













GIRLS NAMES
Dead To Me

slumberland, 2011

A comienzos de los 80 se constituyó un invisible eje del bien en cuyo seno se gestó lo que luego se dio en denominar indie-pop. Sus miembros eran tres discográficas que igualmente se podrían considerar como parte de un gigantesco y magnético 'Triángulo de las Bermudas' que abarcaba de cabo a rabo todo el planeta atrayendo hacia su núcleo a cientos de miles de almas perdidas: la norteamericana K Records, la escocesa Postcard y la neozelandesa Flying Nun. Más tarde llegaría Sarah Records para dar el impulso final a aquel pop amateur primigenio, basado en el 'DIY', que todavía gateaba en pañales. Pero en el caso que nos ocupa, el de los norirlandeses Girls Names, debemos alejarnos unos cuantos pasos (aunque suene a sacrilegio) de la sagrada historia del sello de Bristol y centrarnos en dicho tridente. Porque el sonido de este trío de Belfast (Cathal Cully, voz y guitarra; Claire Miskimmin, bajo y coros; y Neil Brogan, batería) se acerca más bien -con sigilo y gran acierto- a los tiempos en los que el post-punk no sólo consistía en escupir ritmos secos a base de bajos rotundos y percusiones sincopadas, sino que también se desplegaba majestuoso sobre acordes de guitarras jangle cristalinos y penetrantes como la mirada de Amanda Seyfried.

Ese estilo, entre afligido y melancólico, unas veces estridente y espídico y otras más reposado y reflexivo, era la principal seña de identidad de la Santísima Trinidad antes citada en su época de mayor esplendor. Y es en ese terreno donde se manejan con soltura y valentía Girls Names, resguardados, curiosamente, por el paraguas de una casa que está poniendo toda la carne en el asador (junto a Captured Tracks) a la hora de recuperar y dar lustre al legado del pop alternativo/underground ochentero: Slumberland, hogar de, no lo olvidemos, The Pains Of Being Pure At Heart. Sin embargo, la fácil comparación entre Girls Names y los neoyorquinos cae automáticamente en saco roto: a pesar de que ambos grupos comparten evidentes conexiones e influencias, los de Belfast se distancian a través de anchos caminos hacia espacios en los que el post-punk recubierto de brillantina colisiona con el pop diáfano (y por momentos, surfero) de los 60s', la suciedad del lo-fi de los 90s' y la corrosión del garage más reciente. O lo que es lo mismo: en su debut en largo, “Dead To Me” (Slumberland/Tough Love, 2011), podemos encontrar un breviario de los sonidos más frescos que están acaparando buena parte de la atención mediática en lo que llevamos de año (desde Tennis hasta Cloud Nothings pasando por La Sera).
Algunas pistas de ello ya se vislumbraban en el single que el trío presentó en los estertores del 2010 y que, como no podía ser de otro modo, se incluye en este álbum: “I Lose”, fantástico himno pop de nervio garagero y tez grasienta que transcurre entre ecos spectorianos y un soleado fuzz guitarrero ascendente mientras Cathal Cully canta a todos aquellos perdedores que consiguieron resurgir de sus cenizas. Esta se podría tomar como la gran baza de “Dead To Me”, pero el LP esconde otras cartas ganadoras en la manga. Siempre bajo un prisma de cierta postura derrotista (hecho que se materializa en los sinuosos claroscuros de sus melodías y en el halo que desprenden sus letras), aparecen cortes que retoman con enjundia la fundamental etiqueta C81 (precursora de la más difundida C86) como “Lawrence”, “I Could Die” y “When You Cry”, estas dos últimas con unos arpegios acelerados que miran de reojo a The Wedding Present. Por el contrario, cuando Girls Names profundizan todavía más en su discurso melodramático recurren a una especie de dark-pop que, sin abandonar su falsa luminosidad, transmite a partes iguales rabia y pesar: primero se intuye en “No More Words” y luego se materializa en la fotocopia en color de Joy Division que es “Nothing More To Say”. Con todo, si del algo peca el breve repertorio (poco menos de intensos treinta minutos) de “Dead To Me” es de una leve homogeneidad en cuanto a tempo y sonido, que vuelven una y otra vez sobre los pasos del garage playero (linealidad rota por “Kiss Goodbye” -añade un puntito de azúcar al aspecto retro del LP- y “Séance On A Wet Afternoon” -entronca directamente con la tradición noise imperante en la actualidad-) y que provoca que, a su vez, surja la recurrente pregunta sobre cómo unos chavales de la grisácea y lluviosa Belfast son capaces de transportar al oyente a cualquier punto de la costa californiana con fina puntería.

por Jose Antonio Martinez
desde fantasticplasticmag













LAMB
5

strata, 2011

Lamb fue la cara más fría de aquel estilo salido de Inglaterra en los 90s' y hoy en día casi olvidado de nombre 'Trip-Hop', formados en Manchester por Louise Rhodes a la voz y Andy Barlow a cargo de las máquinas, publicaron su primer álbum "Lamb" en 1996, siendo parte de una segunda camada de bandas que vino detrás de Portishead y Massive Attack, aunque Lamb llevaba la oscuridad de esta etiqueta hasta un plano de conexión con el drum and bass y la electrónica fisurada, sacaron 3 discos más y en 2003 desaparecieron en silencio, luego de 8 años regresan sorpresivamente con este disco de nombre austero, "5", pero adentro encontramos algo más que un simple número.
Siguen manteniendo esa facilidad para crear canciones floridas esculpidas con sintetizadores y laptop, sin perder nada de sentimiento ni expresividad, la voz de Louise como siempre es cálida y un poco nostálgica, uno podría perderse en la profundidad de su canto y acá la sentimos algo más soul y claro que lo nuevo de Lamb lo definiremos como pop electrónico, pero a la vez se trata de música refinada e imaginativa que juega con lo lúdico y lo atmósferico, para empezar decir que "5" parte con 2 piezas notables de sonido sintético como son "Another Language" y "Butterfly Effect", que se mueven entre crujidos mecánicos, teclados expansivos y ritmica entrecortada, pasando por los ambientes robóticos e IDM, pero con ese cable a tierra que son las vocalizaciones intimistas de Rhodes, las que transforman todo ese clamor maquinal en un arrullo bondadoso donde dejarse caer y soñar, "Wise Enough" es otra joya con una orquestación que solloza la despedida junto a una brisa calma, el trazado de las bases y texturas hechas por Barlow distan bastante de lo que comúnmente entendemos como pop electrónico, se trata de una gran creador de ambientes, un cerebro del entramado artificial que no deja nunca de lado el ruido ni los zumbidos, lo que le otorga a la música de Lamb un tinte silvestre muy especial, estamos frente a un gran regreso de esta dupla que conoce a la perfección los lazos que conectan su sonido con las voces, se superponen, vuelan y vuelven a mutarse en un recorrido de ultra-alta-frecuencia por lo demás muy placentero al oído mientras la contemplación nos lleva hacia un viaje purificador.
Constelaciones en movimiento.

Raúl Cabrera H.













CLAMS CASINO
Rainforest EP

tri angle, 2011

No se puede hablar tanto de algo o alguien, llega un momento que se te acaban las ideas, las apreciaciones, ya no hay mucho más que decir y entras en la temida repetición. Bueno, es igual. Intentaremos cambiar la estructura del discurso y ya está. Tenemos a un joven de Nutley que apenas se ha movido de su pueblo en toda su vida, un sitio que está a más o menos 10 minutos de la ciudad (New Jersey). Estudiante de fisioterapia que hace prácticas en el mismo hospital donde nació, vive con su madre en un ático donde comenzó a producir sus primeros beats a finales de los 90, justo cuando decidió aprovechar sus infantiles conocimientos en la batería para emular las estructuras que decoraban los versos de sus raperos favoritos. Por pura afición comenzó a enviar beats a algunos MCs menos conocidos, muchos de ellos quedaron encantados con el material –trabajos testeados casi siempre en los altavoces cutres de su coche, algo definitivo según él– y la cosa empezó a expandirse –siempre desde la distancia virtual, ha conocido a muy pocos de sus beneficiarios– hasta llegar a Lil B, quien confió en –justamente– algunos de sus mejores manipulaciones. Desde ahí hasta ahora; “Instrumental Mixtape” como punto de inflexión, “Rainforest EP” como gran fichaje y sorpresa de Tri Angle Records, división de oportunidades en el futuro –artista en solitario o productor al uso– y el gran foco escénico totalmente apuntando encima de su cabeza.

Se llama Mike Volpe y se le conoce como Clams Casino –plato de almejas con bacon típico de Rhode Island que nunca ha probado–, su novia piensa que los MCs ensucian y arruinan sus producciones, así que suponemos estará muy contenta de que Robin Carolan contactara con él –Clammy no sabía ni de la existencia de Tri Angle hasta ese día– para publicar estos 5 instrumentales –mentira que fueran concebidos como ello, lo que pasa es que nadie quiso rapear encima de ellos, todo hay que decirlo y no solo lo digo yo, mira aquí– totalmente alucinantes y agrupados en un EP que homenajea los paisajes tropicales, la selva, los colores luminosos, fluorescentes que a veces y en según que sitios nos regala la naturaleza. Todo el mundo se pregunta ¿Qué pasará con Clams Casino después del material grabado en esta referencia? Bueno, él mismo declara en varias entrevistas que no tiene ni idea, que está esperando su nota final en fisioterapia y que quizá se decante por encontrar un trabajo estable y seguir focalizando su amor por la música de manera racional, sin estrés. Puede optar por seguir su carrera como músico original, sabedor de su talento, sensibilidad e importancia en la escena actual y renovación estilística del Hip Hop, o en cambio profundizar en su posición de beatmaker al uso, intentando encontrar alguna brecha mainstream que seguramente ya ha llamado a su puerta.

En “Rainforest EP” encontramos –a diferencia de su aclamada mixtape que será editada de manera física por Type Records en Agosto– un dirección clara, no una colección de beats rescatados y proporcionados a varios raperos –aunque en principio lo fueran–, encontramos 5 tracks que se han reconfigurado ellas solitas gracias al tiempo, al medio ambiente y sobre todo al buen hacer de la marca que los ha editado. Es la primera vez en mucho tiempo que un creador de beats a sueldo o en nómina se plantea como creador único, presentado de manera sólida, sobria y brillante por una marca que juega en terrenos ‘electrónico-avanzados’. Es un título que da sentido tanto a Clams Casino como a Tri Angle Records, da fuerza a los cimientos de ambos y constata la sensibilidad del primero como uno de los clímax creativos de este 2011. Técnicamente hay presencia de la percusión decadente, tambores que cambian su afinación de manera mínima, que evolucionan sin que nos demos cuenta. Voces extraídas de discos de Ambient, divas New Age o R&B pasteloso, metodología drag que provoca ecos fantasmales, etéreos y que actúan en la lejanía. Sensibilidad entre gótica, épica y dramática –What else?–, arpegios afilados y subyacentes, estética sonora que se conecta directamente con las palabras lo-fi o bedroom producer. Y sobre todo y lo más importante: material capaz de trasladarte a zonas de invención literaria, parecidas a la increíblemente inmortalizada en la descomunal portada, paisajes frondosos que, aunque desconocidos, están llenos de vida y de color.

Lo de Clams Casino es digno de estudio: su material es el más comentado por los medios especializados, su figura aparece tanto en medios dedicados únicamente al Hip Hop como en medios únicamente dedicados a la música Electrónica. Se le considera nombre importante del pequeño movimiento estético o estilístico dentro del Hip Hop denominado Cloud-Rap –Main Attrakionz, Nem270, Inkrowd, Lil B, G-Side– y a la vez es casi la mejor apuesta de un sello que apunta a la cabeza ‘avanzada’ –aunque una de sus influencias básicas sea el Hip Hop– desde ya y durante los próximos años. Se puede teorizar, se pueden leer entrevistas, juzgar lo que es underground o lo que se dirige hacia la corriente principal…, pero al final, justo cuando te has cansado de hablar y repetir su nombre, te encuentras tú solo y la música que el artista te propone. Es ahí donde Clams Casino consigue emocionar, simple y básicamente.

por Frankie Pizá













HOLY OTHER
With U EP

tri angle, 2011

Todo suena tan fácil, lógico y atractivo en Holy Other que es inevitable preguntarse por qué no había sucedido antes. Igual es que no es tan fácil, al menos poner en marcha la combinación ganadora que da acceso al premio gordo. Una cosa es la teoría, y otra muy distinta es la práctica: para lo segundo se necesita un talento especial, no sólo ideas. La mezcla de conceptos que propone Holy Other es hipnagogia + R&B cavernoso + dubstep lánguido, o sea, How To Dress Well + Balam Acab + Burial. En otras manos, esta suma se convierte en un pastiche oportunista, un espanto vulgar; pero en las de Holy Other –productor de Manchester del que no se conoce todavía la identidad, pero sí su pasado: antes de “With U” sólo había editado un 7” en Transparent, sello con una vaga conexión con la chillwave– brota la magia. Así es, por cierto, como Tri Angle consigue ir amasando su asombroso roster de artistas: dejándose las pestañas en búsquedas difíciles por lo más profundo del underground.

“With U” es superior a lo que se pueda decir con palabras. La suma de influencias se lleva al pie de la letra, sin sorpresas inesperadas, pero hay algo en Holy Other que consigue que se activen sensores de todo tipo: placer, nostalgia, tristeza, euforia. A cada minuto se van sucediendo emociones diversas que obligan a seguir escuchando con una mezcla de sorpresa y corazón sobrecogido. Se puede argumentar que la influencia de Burial es decisiva –las voces suenan en registros graves a pesar de ser celestiales en origen, con manipulaciones de pitch y dejando una estela de eco–, pero no hay copia porque los beats de Holy Other son distintos (salvando “Touch”): se mueve por un downtempo tóxico que recuerda a Hype Williams si, en vez de caos, psicodelia e improvisación, hubiera una dieta de consumo musical a base de Timbaland según la técnica de deformación screwed & chopped (y envuelto en oro en vez de barro). ¿Witch house? Es una aproximación que podría servir por el trasfondo nocturno y algo gótico que transmiten cortes como “Feel Something” o “Yr Love”, pero no hay ni rastro de tremendismo teatral ni sangre de mentirijillas hecha de ketchup. Aquí hay abrazos y calor; en realidad, estos son, muy posiblemente, los 22 minutos más rompecorazones escuchados en muchos meses.

por Javier Blánquez
desde playgroundmag.net










Escucha 'El Sueño del Esquimal', hoy jueves 28 de julio por Radio Placeres 87.7 fm, desde las 21:00 hrs. para Valparaíso y la Quinta Región, más allá de ese perímetro conectar desde acá.













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