Llegando a final de año, nos entregamos a las melodías seductoras y a los cantos que sollozan tras el parque.
GOD HELP THE GIRL
Stills Ep
rough trade, 2009.
Stuart a reclutado a voces femeninas desconocidas que lo acompañan magicamente, entregando todas ellas un carácter personal a cada una de las canciones, a la vez se confirma el sello de compositor iluminado de Murdoch, los trazos toman mucho del sonido orquestado setentero, una especie de musical imaginario (aún) enfocado por la visión conceptual de una chica que se encuentra detrás de God Help The Girl (Eve) y que de seguro Stuart comprende muy bien, a él le encanta interactuar musicalmente con chicas y eso se nota acá.
Por eso las voces calzan a la perfección entre el sonido elegante y las atmósferas brillantes, aparecen desde lo alto, Catherine Ireton en "I'm In Love With The City" y "The Psychiatrist Is In", la dulce Alex Klobouk para "Stills" y Celia Garcia con "Baby's Just Waiting", en el álbum largo se cuentan además Brittany Stallings, Anna Miles, Dina Bankole y Neil Hannon (The Divine Comedy), todos adornando un carro que soporta la belleza y la lucidez, es innegable el talento y gusto singular de Murdoch para estas sonoridades, de verdad nunca escribirá un trayecto carente de belleza y esperanza, y las voces participantes son otro hallazgo que demuestra su buen ojo en estos menesteres.
Cinco canciones que son mucho más que eso, como olvidar la festiva "He's A Loving Kind Of Boy", con esas trompetas iniciales tan llamativas y con Stuart entregando su voz como en los viejos tiempos, hay cierta nostalgia que se asoma al escuchar este trabajo, conectándose con aquella lejana trilogía inicial de Belle & Sebastian; "Tigermilk" (1996), "If Your Feeling Sinister" (1997) y "The Boy with The Arab Strap" (1998), vaya lujo.
También llama fuertemente la atención, la atemporalidad de las creaciones de God Help The Girl, de inmediato somos transportados a los años 50's y 60s' , una playa soleada, la tranquilidad del tiempo lento y las sonrisas de relajo como telón de fondo, por eso quizás se hace tan necesario sentir este aliento fresco, esta forma de descansar hecha música y lírica.
Otros que acompañan en esta aventura son Stevie Jackson en guitarras y Richard Colburn en percusiones, ambos de Belle & Sebastian.
Avance hacia la red luminosa.
myspace.com/pleasegodhelpthegirl
TO KILL A PETTY BOURGEOISIE
Marlone
kranky, 2009.
Bajo ciertos tópicos del sonido experimental y post rock, se esoma una manifestación venida desde espacios retirados y espectrales, como si tomaran lo más turbador de Labradford, Lycia, Swans, Portishead y Bauhaus, exprimiéndolo al máximo y convirtiendo todo en un brebaje denso y narcótico.
El dúo de Minneapolis, To Kill A Petty Bourgeoisie ('matar una pequeña burguesía') son Jehna Wilhelm (voz y guitarra) y Mark McGee (máquinas y ruidos), y "Marlone" es su segunda placa luego de "The Patron" (kranky, 2007), la visión se ha profundizado y los sonidos ahora son imágenes, casi siempre nubladas, distantes y caóticas.
Todas la ambientaciones y resonancias creadas por McGee son la cuna perfecta para el canto de Jehna, un hechizo hermoso e ingrato a la vez, paganismo arcano como en "The Needle", cinco abismales minutos por donde se arrastran los bajos profundos de Bauhaus, junto a unos temblores y estallidos sorpresivos que estremecen, la voz de Jehna en esta tema recuerda a las brujerías flotantes de Tara Vanflower en Lycia.
Otras canciones del disco se mueven entre letanías borrascosas y por momentos algo oníricas, por ejemplo "Villain" y "I Hear You Coming, But Your Steps Are Too Loud" exhiben la cara más ambientalista de "Marlone", conectada de alguna manera a Portishead y Bowery Electric, no de aspecto pero si de alma.
Un edificación congelada y fastasmal que aparece en la costa aislada, Kranky de nuevo en el lugar preciso.
myspace.com/tokillapettybourgeoisie
PATRICK WOLF
The Bachelor
bloody chamber music, 2009.
Su primer tropiezo fue el colorista "The Magic Position" (2007), disco sobrecargado y comercial, muy distante de la naturaleza pastoril de sus primeras creaciones, tras este desliz incluso pensó en dejar la música.
Pero la juventud es impetuosa y más temprano que tarde lo tenemos de vuelta con una producción impecable, en la que nuevamente se muestra necesitado de nuevas vestiduras para sus canciones, a pesar de autoproducir este cuarto trabajo, Wolf se hace acompañar de dos despiertas cabezas electrónicas, el oscuro Sr. Alec Empire (Atari Teenage Riot) y Matthew Herbert que colaboran interpretando y co-produciendo algunas canciones, lo demás, muchas cuerdas como siempre, coros gospel, teclados de iglesia, harmonium y voces que van y vienen junto al canto histriónico de Patrick, que predomina en esta selva de sonoridades orgánicas.
Comenzamos con el himno "Hard Times", lustroso, elegante, con violines afilados abriendo la ventana a un jardín deslumbrante, con alegría nos fijamos que Wolf ha retornado a su reducto personal, melancólico pop de avanzada.
La apertura de Tilda Swinson queda perfecto en "Oblivion", un tema claramente más electrónico, repleto de programaciones entrecortadas y sacudidas furtivas, que nos introducen en una atmósfera tribal.
El tema "The Bachelor" es de lo mejor del disco, dueto vocal junto a la cantante folk inglesa Elisa Carthy, los violines son una constante y señal de estilo del autor, intimismo puro, esencia desnuda. La continuación no podía ser otra, "Damaris", manifiesto clasicista, Wolf recuerda su tiempo como corista de iglesia, ambiente sacro para otro de los momentos altos de esta placa.
Vale la pena también señalar tramos más arriesgados del disco como "Who Will?", con Matthew Herbert en los sintetizadores y ritmos maquinales, y un coro gospel que hace alcanzar el cielo realmente. O "Vulture" y "Battle", dos sombrías composiciones junto a Alec Empire, más cercanas al gótico que al corazón de Wolf, pero que igual se agradacen por el atrevimiento de buscar nuevas fórmulas.
No hay dudas que a Patrick Wolf le queda mucho por aprender, aunque cuenta con talento y tiempo de sobra, ya nos sorprenderá con algún clásico.
"The Bachelor" lo vuelve a poner en la ruta, un disco muy recomendable, sobre todo para aquellos que perdieron la fe en el buen pop.
Para el final les dejamos con la muy Current 93, "Theseus", folk apocalítico junto a Tilda Swinton.
"... hungry for you".
La continuación de este trabajo, aparecerá el 2010 bajo el nombre de "The Conqueror" y será más luminosa según el propio Sr. Lobo.
myspace.com/officialpatrickwolf
VLOR
Six-Winged
silber, 2009.
Brian John Mitchell (Remora/Small Life Form), Jon DeRosa (Aarktica), Brian McKenzie (Electric Bird Noise), Martin Newman (Plumerai/Goddakk), Michael Wood (Something About Vampires And Sluts), Jessica Bailiff, Annelies Monsere, Jim DeJong (Infant Cycle), Michael Walton (mwvm) y Paolo Messere (6 P.M.), conforman el rebaño para este segundo disco.
Vlor es como un veneno que se cuela en tu cuerpo de forma imperceptible, el engendro aislacionista creado por Brian John Mitchell en 1997, asume diferentes rostros, se transfigura para opacar el sonido hasta casi hacerlo desaparecer, a ratos el death ambient nos congela, si no fuera por las vocalizaciones etéreas de Mae Starr, Magen McAvenney y la Monsere, nos encontraríamos en un territorio carente de humanidad, perdido.
Imaginen una fusión entre Low y Lycia -Alan Sparhawk y Mike VanPorfleet alguna vez también fueron parte de Vlor- , dos sombras que se unen para tratar de desplegar luz.
Como unos This Mortal Coil del Polo Norte, Vlor y "Six-Winged" son una mirada a un tiempo indeterminado y a sonidos que se encuentran en una dimensión paralela, olvidada.
Un descenso lento por un pozo de ruido magnético, rupturista de alguna forma, brumoso como la mayoría de bandas de la escudería Silber; Aarktica, Remora, Norther Valentine, Plumerai, etc.
Tesoro oculto, perfecto.
myspace.com/vlormusic
Además los sonidos de Hawái...
Finalmente, la espera ha terminado. Finalmente el tercer LP ha llegado, el tercero de una de las bandas –si no es LA banda– que de mejor manera ha recogido, en pleno siglo XXI, toda la tradición del folk más ácido de hace décadas. No obstante, entre la edición del anterior disco, “II” (Drag City, 2006), y este pasaron cosas bastante interesantes. Greg Weeks siguió con su extensa carrera solista, junto con la creación de su propio sello, Language Of Stone. Helena Espvall colaborando con gente como Masaki Batoh. Y, quizás lo más recordado, el debut de ese ángel llamado Meg Baird, “Dear Companion” (Drag City, 2007).
El ahora quinteto de Filadelfia exhuma aquellos recuerdos que nadie puede ya recordar, simplemente porque ya no hay nadie con vida para poder hacerlo. El pasado de la vieja Europa, el medioevo, nada que pertenezca al hoy. Nada que alguien haya hecho, a excepción de esa serie de grupos surgidos hacia fines de los sesenta en Inglaterra: Pentangle, Fairport Convention, The Incredible String Band. “Las cosas que nos interesan no están ancladas en un punto concreto de la geografía del globo terráqueo”. Anclado en el ahora, Espers crea, al igual que en “II”, un conjunto de canciones que son solo una, con casi una misma atmósfera. “La banda intentó crear algo que pudiera ser tal vez alegre por momentos, sin embargo esa seña se debe haber perdido”, nos dicen desde el sello. Ciertamente, nadie duda de la profunda e intensa oscuridad que pesaba en “II”, y ese peso no es fácil quitárselo de encima. Las manchas negras son difíciles de borrar. Pero, sin embargo, en este “III” –grabado entre el invierno y la primavera de este año, costa este de Estados Unidos– hay piezas por donde se puede transitar más tranquilamente, y otras donde su fascinante densidad agobia. La primera parte del álbum –este también está pensado en la estructura de un vinilo, con dos caras- se inicia con “I Can’t See Clear”, con ese juego entre guitarras eléctricas y acústicas, y sigue con “The Road Of Golden Dust”, juego entre las voces masculina (principal) y femenina (al fondo), hasta llegar “Caroline” y “Pearl”, cantadas directamente desde el cielo –ya lo dije, Meg es un ángel–, casi como si realmente nos mereciésemos ser salvados. La dulzura hecha voz, la miel cultivada en el pantano. La sombra aparece al final de este lado A, “That Which Darkly Thrives”. Lado B: “Sightings” (precioso el violonchelo de Helena) y “Meridian”, la más potente de todas, por la fuerza con que Otto Hauser toca la batería, por esas guitarras dobladas, mientras Greg y Meg son solo uno –“el resultado de lo juegos de voces y los dúos entre ella y Greg son increíbles. Parecen hechos para cantar juntos y que todo lo demás en las canciones gire a su alrededor”–. “Another Moon Song” podría ser la continuación de “Moon Occults The Sun”. “Colony”, inicialmente pensado como título para el disco, tiene una inspiración en “Aguirre, la ira de Dios” (Werner Herzog, 1972), y esa furia divina logra traspasarse, al igual que en el tema anterior. Nadie quiere despedirse enojado. Espers tampoco. “Trollslända”, folk pastoral desde las praderas del ayer.
Espers lo han hacho otra vez. Han creado un algo mágico y misterioso, delicadamente áspero, como esas telas de hace siglos atrás. Atemporal y eterno. Como aquella vegetación silvestre que nunca dejara de existir. Pasan las vidas y sigue creciendo. That which darkly thrives. Eso que brillantemente perece, eso que oscuramente florece.
THE RADIO DEPT.
David Ep
Labrador, 2009
Aún con el miedo al tercer LP, durante este verano (nuestro invierno) se publican las nuevas noticias del trío sueco. A grandes problemas, simples soluciones. Martin Larsson, Johan Duncanson y Daniel Tjäder continúan con su política de publicar pequeños EP’s, pequeñas colecciones de grandes canciones. Avanzando poco a poco en la consolidación de una carrera que nadie diría sería tan prometedora, no cambiando nada pero afectándolo todo.
“David” le sigue al otro trabajo corto del año pasado, “Freddie And The Trojan Horse” (Labrador), y de nuevo indaga en el mejor gusto musical de estos muchachos que vienen del frío. Dos temas –uno de ellos remezclado– más un instrumental que saben a poco y que se disuelven como el azúcar en los oídos. La pieza titular sigue buceando en las siempre eternas olas de Tennant y Lowe. Una armonía que no te la sacas de la cabeza, electrónica análoga, sintetizadores que ya no se fabrican, y un sencillo solo de guitarra se diría que tocado por el mismísimo Johnny Marr, colaborador habitual del dúo ingles. Fácilmente podríamos decir que esto es 1990, y que esto es “Behavoiur” (Parlophone), de no ser por la voz ahogada de Duncanson, grabada en el fondo de una fría piscina apunto de vaciarse, luego de terminar el verano y pronto a volver al helado otoño nórdico. “Messy Enough”, una base entre moderna y retro, ahora tocada por la mano no de dios, pero sí por la de New Order, en aquellos años en que eran algo así como dioses. Una línea de bajo muy Peter Hook, y un sonido otra vez con una data de casi dos décadas, aunque esta registrado ya no en Ibiza sino que en una isla del Mar Báltico. Antes de que todo acabe, “David”, en un juguetón remix a cargo de Rice Twins, interesante versión que, no obstante, no supera a la original que tiene pasta para convertirse en un éxito de un mundo ideal. Para decir adiós, y sin pronunciar frase alguna –en las despedidas, en muchas ocasiones, las palabras están demás–, “The Idle Urban Contemporaries”, una balada para oír mientras de leen los créditos finales de cualquier film de Sofia Coppola, una balada para después de ver este cortometraje en blanco y negro –ojo con la portada, que por fotografía y colores remite a The Smiths–.
myspace.com/officialradiodept
Se viene fin de año y El Sueño del Esquimal te invita a elegir los mejores discos del año, deja tus mensajes, recomendaciones y opiniones en este blog y te podrás quedar con alguna copia del Recopilatorio Esquimal 2009.
Escucha este programa hoy, jueves 10 de diciembre, desde las 21 hrs, por Radio Placeres, 87.7 fm en Valparaíso y on-line a través de la señal.
Recomendados:
ojo con el Festival In-Edit. (11-20 diciembre)
Y El Sueño del Esquimal te trae a Nutria NN a Valpo.
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