octubre 17, 2011

El Sueño del Esquimal #336, jueves 20 de Octubre




Valparaíso imperdible!, la escena independiente porteña sale a la luz.







Tronadas Leves Con Posibles Precipicios
(Varios Artistas)
edicionesnimia/ediciones alcohuaz, 2011

Siempre situado en un segundo plano, silencioso, disperso y muchas veces desdeñado el panorama sonoro regional (Valparaíso) se abre paso lentamente en medio de la neblina costera, con empuje y nuevas ganas un puñado de jóvenes músicos va alterando las direcciones de un ambiente subterráneo por mucho tiempo complaciente y tibio, el compilado "Tronadas Leves con Posibles Precipicios" ideado por Felipe Ugalde (Flores de Bach) y Julio Lamilla nos muestra ese cambio de parecer, agrupaciones y solistas que no temen entrar en territorios experimentales o de búsqueda personal, abordando la electrónica, el ruido, la estancia lo-fi, el paisajismo extendido y el folk apocalíptico, un ancho mapa con raíz convergente entre mar y cerro.
La mayoría de ejecutantes que aquí se presentan son del Puerto y Viña del Mar + algunos invitados exteriores, entramos en vereda con el rock nuboso de Ciego y Sordo y el primer corte "Ellos", atmosférico y cadencioso donde la guitarra acústica se muestra con calidez seguida de una percusión programada, el arrebato de una voz intuitiva que sabe bien decorar el ramaje lo-fi, ya más folk y terminal en "Maleza", trazo leve y distanciado donde Ciego y Sordo parece perderse en el susurro de la memoria y la vivencia, con sencillez nos abraza la llovizna.
Fotogramas es otro proyecto que llama gratamente la atención con su (post) rock instrumental a lo Dif Juz o Belver Yin, "Emociones y Ecuaciones" es un temazo que -como su nombre lo dice- transita entre la lucidez y el desgarro, sonido claro y directo que invita al vuelo planeador, acelerando el tempo en "Proyecciones" crea un ambiente ultra-sugestivo tomando grabaciones de niños que corren en la plaza dominical, minimalismo matemático que expresa imágenes en un espiral constante de guitarras afiladas, les seguiremos la pista. Pero ahora pasaremos a la estación maquinal de Lluvia Morada (proyecto del porteño Felipe Klaue), que entrega el horizonte siniestro de "Lluvia Azul", artefacto ruidista transmutado hasta los precipicios más insanos de la conciencia explorativa, un verdadero agujero negro que absorve en sus primitivas fauces, para esto el retorno perfecto vendría siendo "Lluvia Dorada", logramos ponernos de pie.
Y si "Tronadas Leves..." entra en la frecuencia subterránea de una ciudad como Valparaíso era casi imposible que no aparaciera en este muestrario la figura delgada de un viejo estandarte de estas lides, Mosé Noé (ex-Frio Intenso, Nube Sur, Mono de Indias, etc) con su noise-pop cargado a los pedales y esa visión contemplativa de sus canciones tímidas y quebradizas, le da honor a su admiración por The Jesus And Mary Chain en "Estruendo", nueva toma agudizada para un antiguo tema que Frio Intenso nunca llegó a grabar, esa voz indolente que regresa en "Una Niña" y que pareciera traernos las repuestas que tanto necesitamos, la calma.
Así también la solemnidad de Gonzalo Saez nos sorprende en "Oh, Ser!", su voz grave se apodera del paisaje intimista hasta hacerlo palidecer, una canción profunda que nos traspasa toda la carga emotiva de la existencia y su extraño ciclo impertubable, la intuición. Nos vamos hacia el synth-pop expansivo de Oseas Martinez en "Todos Somos Esclavos", contorneándose entre los destellos y la oscuridad más fascinante, se dejan llevar en un interesante juego vocal que sutilmente alcanza la seducción, mantenida además por "Tú Lo Dijiste, Somos Solo Arena", otra vez besando aquellos 'posibles precipicios'.
De pronto ya nos encontramos en el bosque cósmico de Flores De Bach tratando de ver más allá junto a "Arbusto Negro" y "Sur", música tenue y sedante tomada desde las profundidades del espacio interior, destacada agrupación que ya hemos tenido antes en el espacio esquimal y de la cual recomendamos sus presentaciones en directo siempre planeadoras. Diente Diamanto mientras tanto nos propone volver al refugio de la inocencia en "Ni Una Sola Letra", canciones en duermevela como un cuento que revolotea en la imaginación del niño-hombre, "Un Río Un Sueño" y las voces que se quedaron ligadas en la caja de resonancias, contigo el tiempo.
"Tronadas Leves con Posibles Precipicios" no podía tener un nombre más exacto, como el primer vistazo ante un jardín que florece en secreto, en ella además encontrarás la fragilidad de República Independiente, el sonido marciano de Niña Ciboulette, las secuencias minimales de ni y la alborada sicodélica de Samuel Maquieira.

Descárgalo y sentirás el mar.

Raúl Cabrera H.













STEPHAN MATHIEU
A Static Place

12k, 2011
Remain
Line, 2011

Hay tres hechos que hacen que debamos considerar a estos dos discos como discos hermanos. Lo primero que motiva ello es su fecha de salida al mercado, ambos el 1 de febrero. Lo segundo es que aparecen en sellos muy ligados entre sí, uno en 12k y el otro en Line, antes subsello del primero. Por último, los dos fueron grabados y procesados prácticamente en la misma semana en 2008 y casi idénticos equipos. Todo eso descontando el hecho obvio que pertenecen al mismo artista. Queda por ver cual es el hermano mayor y cual el menor. Nacido en 1967 en Saarbrücken, Stephan Mathieu es otro más de los artistas sonoros que con cierta facilidad salen de Alemania. Antes miembro de Stol –previo hay una etapa como baterista tirando a la improvisación–, ya desde el 2000 ha editado una treintena de discos, explorando los campos tanto de la electrónica analógica como digital, lo tangible como lo volátil. Su nombre ya ha figurado en catálogos tan importantes como los de Ritornell, Fällt, Häpna y Orthlorng Musork. ¿Un lugar en su vasto espectro? “The Sad Mac” (Vectors–Headz, 2004).

“A Static Place es sobre el viaje del sonido”. Grabaciones de las primeras interpretaciones del gótico, el renacentismo y el barroco en discos de 78 rpm. puestas en un gramófono. Las ondas viajan un largo trayecto hasta ser recogidas por micrófonos, luego transformadas y finalmente llegar hasta lo que tenemos, un CD de sesenta minutos. Esto es música que se niega a morir, pero si esperan oír clavicordios, violas, pues se sorprenderán al escuchar como esos sonidos, como esos timbres se convierten en algo muy diferente. La transformación sufrida por el ‘análisis espectral’ y el ‘proceso de convolución’ hacen creer que hace dos siglos ya se hacía ambient. Más allá de entender o no el proceso más detallado, “A Static Place” es un disco que se sostiene por sí solo, aún desconociendo ciertos conceptos. Pero el hecho de saberlo, aunque sea de manera somera, le dan más valor del que ya tiene, el de ser un disco de esos en que el tiempo no cuenta –“No hay un ahora aquí”, decían por ahí–. Grandes líneas en música para nada lineal, movimientos extensos, donde los ecos del pasado se escuchan muy remotamente, grandes paisajes monotonales con misterios ocultos en los surcos que han sobrevivido a casi todo. Pero si de grandes paisajes hablamos, tenemos “Remain”, cuyo origen esta también en material de terceros. Hace tres años se publicó “Extended Play [Triptych For The Child Survivors Of War And Conflict]” del músico Janek Schaefer (Line, 2008), e igual que el anterior recurría a un sistema complejo recurriendo a composiciones antiguas. La fascinación de Mathieu por ese disco lo llevo a crear el suyo, en base a ese. Micrófonos colocados en diferentes lugares de una casa de tres pisos mientras suena el CD de Schaefer en diversas fuentes distribuidas en el piso, de una manera similar a la fuente reflejada. Y eso, otra vez un proceso complejo, da lugar a una sola pieza de sesenta minutos. Así vemos como los tres datos previos nos hagan ya afirmar que estos son dos discos hermanos. Esta versión es una extensión del anterior, aunque sea de duración similar, lleva sus materias primas hasta la extenuación, la melodía invariable hasta que se consuma y se vuelva de un rojo abrasivo, tal y como se ve en la portada. Un monumento al rescate y a la celebración de la obra hecha ajena, modifica por completo y hace que revisemos el concepto que teníamos del remix.

La duda acerca de cual es el hermano mayor aún no la tengo resuelta, y si tuviera que elegir entre quedarme con uno o quedarme con otro, solo podría decir que los escojo a los dos. Ambos tienen un poder y un atractivo que otorgan algunos trabajos, mayormente ignorados, a un costado de casi todas las listas, pero que reconfortan tanto como una canción de tres minutos. Stephan Mathieu no tiene que probar nada, solo confirmar, y lo hace por partida doble. Él y el remanente de un lugar estático.













As Pleat
12k, 2011

Es momento de escuchar música agradable. De un tiempo a esta parte he oído obras con demasiado peso, demasiado cargadas, quizás no tantas, pero bastan pocas para sentirse apesadumbrado. Y para alivianar el oído, un poco de música más liviana –no se si este comentario sea tomado por alguien como un halago, pero sí que lo es–. Fourcolor, proyecto ya conocido y consolidado, y este nuevo álbum corresponde ya al quinto trabajo, el tercero para 12k, y el artista y compositor que crea estos paisajes cristalinos es el japonés Keichi Sugimoto, un personaje inquieto que a su vez mantiene otras interesantes entidades musicales, tales como Minamo, Fonica y FilFla, además de dirigir el sello y productora CubicMusic, y en todas y cada una de ellas hay un hilo conductor que se refleja en cada aspecto, desde el sonido hasta la imagen. En el caso de Fourcolor el es el único a bordo, quien se encarga que cada detalle este en el lugar correcto.

Aparcado este proyecto desde “Letter Of Sounds” (12k, 2006), “As Pleat” es un claro reflejo y un fiel representante del sonido de 12k, quizás no tanto del actual, pero sí del de unos años atrás, el mismo que él, entre otros, ha ayudado a forjar. Es electrónica pero a veces no, es ambient pero también folk, es música microscópica pero también llanuras atmosféricas. Cada elemento esta dispuesto de manera que a los oídos llegan como masajes relajantes, como si durante una hora no hubiese problema alguno ni preocupaciones, más que las de saber que esto se acabará más temprano que tarde, y otra vez volver a la realidad. Pero es suficiente con tener estos cincuenta minutos de tranquilidad y sosiego. El disco comienza con “Quiet Gray 1”, y desde ya avisamos que Keichi no está tan solo como pensábamos. Una voz de otro planeta, uno de fantasía, interviene con delicadeza. Ella es Sanae Yamasaki, la chica que editó hace un rato “Drape” (12k, 2007) bajo el nombre de Moskitoo, y quien juega con sus cuerdas vocales mientras Fourcolor hace lo mismo con la guitarra, una manipulada con efectos y ecos. “Skating Azure” se tambalea entre la electrónica repetitiva, bajos fuertes y una rítmica muy marcada. “Ecru Driver” parece una balada de folk digital casi irreconocible. “Snow Petal” se ahoga en una piscina de ruidos bajo el agua, pura belleza sintetizada. Y si hablamos de eso, de la belleza, esta está por todos lados: la hay en “Canary Breath”, o los Tape con su cara más sintética. Está “Bleach Black”, que parece ser como un guitarrista tirado a la improvisación, pero sin perder nunca de vista la canción. También se halla en “Frosted Mint”, otro ejercicio de folk inmiscuyéndose entre capas de ambient espacioso. La encontramos en “Carmine Fall”, o una actualización del universo de Oval, aún más pop que el mismo Popp. Y por supuesto que se cuela por “Iris (Familiar)”, el segundo track donde hace su aportación Sanae –suya es también la pintura de la portada–, más suelta aún, más cándida aún: una canción en pleno florecimiento.

“As Pleat” tiene diez canciones, diez soles que no tienen nada de desperdicio. Música delicada, frágil, ligera en el buen sentido, el único sentido posible. Entre alientos de canarios, helados de menta, pétalos de nieve y caídas de carmín, esto es un primor de canciones transparentes. A pesar que estamos recién en junio, y que ni acá ni en Japón nos encontramos viviendo esa estación, para mí y para nosotros ya ha comenzado la primavera. Los jardines empiezan a brotar. Las flores comienzan a sacar sus pliegues, y las canciones, como las de “As Pleat”, muestran su esplendor, el esplendor de un pop de ensueño, un pop para soñar.













ELEANOR FRIEDBERGER
Last Summer

merge, 2011

"Last Summer" es el album debut de Eleanor Friedberger, que con el nombre podrá no decirnos nada, pero si lo juntas con el de su hermano Matthew, tendrás al 100% de The Fiery Furnaces. Ahí la cosa cambia, no obstante, ese grupo es el responsable de alguno de los mejores discos (y siempre según mi opinión) de la década que acabamos de dejar atrás, véase el magnífico "Blueberry Boat" de 2004 que aún no paramos de escuchar.

No tenía ni idea de la salida de un trabajo en solitario, ni tampoco de que pasa o que pasará con su hermano y el proyecto de The Fiery Furnaces como banda. El caso es que "Last Summer" es un disco que entra a la primera escucha con asombrosa facilidad (otra diferencia con The Fiery Furnaces) y está repleto de buenas canciones. Curiosamente "My Mistakes", la canción que abre el disco es el tema elegido como single siendo la que menos me gusta. Otras, como "Inn of the Seventh Ray", "Glitter Gold Year" o "Heaven" son auténticos temazos.

Muy lejos del estilo de Lykke Li y sin la voz de Leslie Feist, tal vez lo que más me venga a la cabeza sea la Charlotte Gainsbourg de IRM pero sin máquinas. En definitiva 10 canciones muy apañadas, sin excesos, perfectas para escuchar en estas tardes de verano tan aburridas.

¨I thought I’d learned from my mistakes¨

desde
indiecaciones.wordpress.com






Sueño Esquimal en transmisiòn esta noche de jueves, a las 21:00 hrs por Radio Placeres 87-7 fm desde Valparaíso y en línea desde aquí...







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